DEVOCIONAL CRISTIANO – LA SILLA DE RUEDAS
«Encomienda a Jehová tu camino, confía en Él y Él hará.» Salmo 37:5 (RVR)
Finalmente, después de mucho luchar y esperar, nos entregaron la silla de ruedas a motor para Juampi. Buscamos durante algún tiempo, comparamos opciones y seleccionamos lo que consideramos era la mejor opción para las necesidades del gordo. Y si bien tiene motor y algunos adicionales interesantes, no deja de ser una silla de ruedas. Si leerlo suena feo, visualmente es aún peor. Mucho más cuando quien está sentado permanentemente en ella es el propio hijo.
Me angustia mucho el corazón ver las dificultades que tiene Juampi para desarrollar su vida, y es más notorio cuando Connie, con cuatro años menos, puede lograr cosas en pocos minutos que para Juampi son inalcanzables. La silla es el detonante más evidente de su discapacidad y aunque sé que es necesario para su movilidad, sigue siendo un puñal en el corazón cada día.
Fueron a buscarla con Miriam y después de esperar un tiempo largo, Juampi pudo usarla y la llevaron a casa. Apenas llegamos, quiso probarla y se divirtió muchísimo moviéndose por toda la casa, por el parque, bajando al pasto, subiendo a la vereda, y moviéndose sin esfuerzo por donde él quisiera. Se sentía libre, e independiente. Lo estaba disfrutando muchísimo y estaba feliz. ¡Qué paradoja tan fuerte que el mismo elemento que para mí es un dolor en el corazón sea algo que alegra tanto a mi hijo!
Tal vez porque él pudo entender que ese elemento le es necesario y útil para estar mejor. Y aunque sea feo, para él es vital. Por eso puede disfrutarlo y ser feliz con lo mismo que a mí me produce tristeza. ¡Cuán grande y cuan simple es la mirada de un niño! Cuanto puede enseñarme este pequeño gigante que hoy se rie a carcajadas cuando intenta chocarme con su nueva silla y me persigue a toda velocidad por el pasto sin esfuerzo.
Dios le había cumplido el deseo de su corazón. Juampi quería tener independencia de movimiento, y Dios le dio una silla de ruedas a motor. No es lo que yo esperaba ni lo que deseaba; pero Juampi está contento. Dios tiene esta manera asombrosa de responder a nuestros pedidos. No siempre como uno desea, pero Él siempre hace. Tal vez por ahora no puedas caminar, pero te puede dar unasilla de ruedas a motor por ahora y al final tu sanidad .
REFLEXIÓN – Dios siempre hace.
Un gran abrazo y bendiciones
Dany
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me gustaria que mi hijo tuviera una silla de ruedas electrica….tiene una manual y le duelen sus brazos,