Devocional Cristiano – Desafío

«No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto, sino que prosigo al blanco, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo.» Filipenses 3:12 (RVR)

Steven Paul Jobs nació el 24 de febrero de 1955 en San Francisco, California, EE. UU. Antes de nacer su madre ya sabía que iba a entregarlo porque no podía cuidarlo. El matrimonio que lo adoptó quería una niña, y tuvo que resignarse a tener un niño. Su madre biológica lo cedió con la condición que pudiera estudiar en la universidad. Pero fue adoptado por un matrimonio de trabajadores que no podían afrontar ese gasto. Logró ir a la universidad pero nunca se recibió. Fundó una empresa de tecnología que luego se la robó su socio y amigo. Sobrevivió a un cáncer de páncreas y continuó su vida a pesar de las adversidades.

Es un empresario y magnate de los negocios del sector informático estadounidense, cofundador y ex-presidente ejecutivo de Apple Inc. y máximo accionista individual de The Walt Disney Company. Junto al co-fundador de Apple, Steve Wozniak, Jobs ayudó a la popularización de la computadora personal a finales de los años 1970.

Después de tener problemas con la cúpula directiva de la empresa que él mismo fundó, Jobs fue despedido deApple Computer en 1985. Regresando a la compañía en 1997 cuando Apple compra Pixar, empresa que producía dibujos animados digitalizados que Jobs compró por 10 millones de dólares y que le vendió a Apple en 1.750 millones de dólares. Desde 1997 fue el director ejecutivo hasta el 24 de agosto del 2011, cuando renuncia por temas de salud.

Marginado, despreciado, abandonado, perdedor, sin estudios, traicionado por sus amigos, era un típico candidato al fracaso, pero Jobs demostró que se puede. Su vida fue impulsada por el mismo concepto que llevó al apóstol Pablo a ser el gran evangelista que fue.

Si Jobs hoy está deslumbrando al mundo con su gran capacidad empresarial y de trabajo, si Pablo marcó la historia con su perfomance como predicador, ¿Qué es lo que hace a vos y a mi permanecer dentro de la mediocridad de la gran masa de anónimos que nunca marcan la diferencia? En gran parte es nuestra voluntad de superación. Tenemos el mismo Dios que Pablo, pero nos falta la valentía para mejorar cada día. Jobs hay uno solo, pero Pablo puede haber muchos.

REFLEXIÓN – Dios te desafía.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany