CRISTIANOS NOSOTROS SOMOS LA LUZ DEL MUNDO

«Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.» Mateo 5:14 (RVR)

Hicimos varios viajes con la familia por la Patagonia argentina. El camino suele ser algo aburrido y largo. El sur de nuestro país se caracteriza por tener estepas muy grandes y rutas muy rectas. Excepto en la costa o sobre la cordillera donde el paisaje es mucho más variado y bonito, en la estepa patagónica se ve siempre lo mismo. El suelo marrón, y la línea de la ruta. No hay nada más. Se pone peor de noche, porque solo se ve lo que las luces del auto iluminan.

Por fuera del haz de luz, todo es la más completa y profunda oscuridad. Uno de esos viajes lo terminamos de noche, sin estrellas ni luna. Eso incrementó aún más la insondable penumbra de la noche. Anhelábamos llegar porque estábamos cansados del viaje. Juampi y Connie ya estaban entrando en un estado de molestia permanente y eso generaba un viaje aún más disgustante.

Hasta que en medio de la completa negrura de la noche vimos un resplandor en el horizonte. Rápidamente fue tomando fuerza y en muy poco tiempo llegamos a nuestro destino. La luz de la ciudad no podía ocultarse, y vencía la completa oscuridad de la noche. Aún sin haber llegado, nos alentaba, tranquilizaba y motivaba.

Cristo nos llamó la luz del mundo. Y al igual que aquella ciudad patagónica, deberíamos iluminar nuestro entorno. No porque tengamos luz propia, sino porque somos un reflejo de la luz perfecta de Dios. Somos como la luna que vemos de noche. Ilumina y alegra porque refleja la luz del sol. Los crsitianos también tenemos la posibilidad de reflejar la Luz de Dios y de mostrar una diferencia en este mundo de oscuridad y penumbras.

Pero muchas veces nuestro espejo está demasiado sucio y no refleja nada. No es un problema de la luz de Dios, es que a veces estamos como la luna nueva.

En estos días de tanta locura y violencia, las personas están deseando encontrar algo de luz. Buscan con desesperación encontrar algo distinto que les brinde esperanza en medio de la oscuridad que cada vez está más profunda entre nosotros. Andan a tientas sin ver ningún camino y gimen por alguien que les muestre algo de luz. Y nosotros tenemos nuestro velador apagado. ¡¡Prendete!!

REFLEXIÓN – ¡Encendé la luz de Dios en tu vida!

Un gran abrazo y bendiciones

Dany