Mujeres
Noviembre 2005

Receta para una vida más sana
La risa, el mejor remedio

Cualquier mujer que puede, como dice en hebreo, ?sonreír, reír, celebrar, regocijarse y no tener miedo acerca del futuro?, es mi modelo a seguir. La mujer descrita en Proverbios 31 no solo sonreía: resoplaba. No solo se reía tontamente: se reía a carcajadas. No solo reía disimuladamente: rugía. ¡Qué mujer!
La sociedad valora el sentido del humor y lo considera entre los cinco atributos más deseables en un empleado o cónyuge.
Entre los indios navajos hay una tradición conocida como la ?ceremonia de la primera risa?. Al amigo o miembro de la familia que era testigo de la primera risa del bebé, se le daba el privilegio de organizar una celebración en honor a la ocasión, lo cual se consideraba la marca del ingreso del niño a la sociedad.
Por supuesto, para ser como la mujer de Proverbios y sonreír al futuro, necesitamos reírnos más entre dientes en el presente. Nuestras hermanas modernas no están regocijándose lo suficiente, eso sí puedo asegurarlo.

Cuando animo a las mujeres a que rían más, me dicen en tonos tensos y con los labios apretados:
? Estoy demasiado ocupada para reír. No tengo tiempo de alquilar un video divertido y, aun si lo tuviera, no tengo tiempo para verlo. No tengo tiempo para comprar un libro divertido y, aún si lo tuviera, no tengo el tiempo para leerlo. ¡Simplemente no tengo tiempo para tonterías!
Está bien, así somos. Pobres de nosotras, que dejamos de ver el panorama completo, el cual es todo trabajo y nada de juego, lo cual hace de nosotras no solo unas chicas aburridas, sino también enfermas.
La risa es buena para el corazón, para el alma y para la mente. Virtualmente no cuesta nada y, sin embargo, sus efectos terapéuticos sobrepasan los de muchas medicinas caras.
La risa es el momento en el que expresamos nuestro verdadero yo, nuestra naturaleza real. No hay tal cosa como ?risa artificial?. Puedes aprender cómo caminar, pararte, sentarte, comer apropiadamente. Sin embargo, cuando ríes, haces a un lado cualquier pretensión y simplemente te dejas llevar. Por eso es que la risa es tan buena para ti. En todo caso, Fred Allen dice:
? Es malo suprimir la risa. Se va para abajo y se esparce en tus caderas.
Sabemos que es necesario tomar las cosas con calma, pero la verdad es que no podemos sobrevivir sin humor.

Reinhold Niebuhr, mejor conocido por ser el autor de la ?Oración de la serenidad?, también escribió lo siguiente: ?El humor es un preludio a la fe, y la risa es el inicio de la oración?. Para quienes aman a Dios, la risa no es opcional, es bíblica. Como a todos, nos gusta repetir: ?El corazón alegre constituye un buen remedio? (Proverbios 17:22). Como alguien que cree en el poder de la fe y del humor, estoy empeñada por causa del cielo a traer más risa a nuestras vidas.
Gozo es una palabra que se repite más de doscientas veces en la Biblia, pero desearía que hubiera más allí acerca de la risa.
Me pregunto si la gran explosión de ruido a la que hoy llamamos risa, pudo no haber sido lo que el salmista tenía en mente cuando escribió: ?¡Aclamen alegres al Señor, habitantes de toda la tierra!? (Salmo 98:4).
Después de todo, tenían otras palabras para referirse al canto. Y si dos millones de israelitas se paraban por ahí gritando ?¡Viva el Señor!? a todo pulmón, alguien tenía que comenzar a reír tarde o temprano. Cuando eres la única persona a la que la gente busca para reír, el alma de la fiesta, el chistoso de la clase, el anecdotista, todo mundo espera que siempre estés ?activada?, que seas graciosa o gracioso todo el tiempo.
Hasta los que hacemos reír a la gente para ganarnos la vida no podemos satisfacer esa expectativa.

Mi primer pastor, Bob Russell, relata la historia de un hombre que cayó en tal depresión que finalmente se puso en las manos de un terapeuta.
? Tengo una receta poco usual para usted Éle dijo el terapeuta? .El circo está en la ciudad y anoche vi a uno de los payasos más graciosos que han existido. Después de treinta minutos de ver al Gran Rinaldi, te sentirás un cien por ciento mejor.
Con lágrimas en los ojos, el paciente respondió:
? Yo soy el Gran Rinaldi.
Todavía no conozco a un humorista, a un comediante o a un payaso que no tenga alguna herida profunda en el corazón de su humor. Cuando nos reímos de algo, lo que decimos es, esencialmente: ?¡Me identifico con eso!? Si alguien se pusiera a describir todas sus bendiciones, nos molestaría. Cuando alguien se para a contar todas sus fallas y debilidades, nos reímos y nos encanta por eso.
Reír no significa ignorar el dolor, vivir en negación o no ser consciente de los problemas que te rodean. Salomón dijo: ?También de reírse duele el corazón? (Proverbios 14:13).
Para mí, la risa es la forma en la que nos damos un muy necesitado descanso del dolor, de tal modo que, cuando nos volvemos a enfrentarlo, por algún tipo de milagro se ha tornado menor en tamaño e intensidad, si es que no ha desaparecido por completo.

Una mujer de Oklahoma escribió lo siguiente: ?La risa fue la receta que me ayudó a lidiar con la infidelidad y el abandono de mi esposo, a causa de una mujer más joven que nuestras dos hijas mayores. Una risa al día, de esas que hacen que duela el estómago, me ayudó a estar bien?.
Las mujeres necesitamos ayudarnos unas a otras a sanar nuestras heridas con risa. Esa es realmente mi misión en la vida, el por qué imparto conferencias y el por qué escribo.
He observado cómo es que mujeres que están a punto de doblarse por causa de la artritis, ríen hasta que se les olvida el dolor. ?¡Mira esto!?, llaman la atención moviendo sus brazos en el aire con júbilo. ?¡No hay dolor!?
Y he conocido mujeres que me han dicho sus penas más profundas, y cómo es que perdieron contacto con Dios y con ellas mismas. Las miro después sentadas en la audiencia derramando lágrimas de gozo por sus mejillas.
? ¿Están riendo o llorando? Éles pregunto.
Y me responden:
? ¡Sí!

Tomado del libro: ¡El que ríe aguanta! Editorial Vida