La siembra y la cosecha – Se cosecha lo que se siembra

«EL HOMBRE.RECIBE EL PAGO QUE MERECE LA OBRA DE SUS MANOS» (Proverbios 12:14)

Un día de calor sofocante, una mujer circulaba por una carretera secundaria cuando vio en el arcén a un hombre mayor tratando de cambiar una rueda. ‘Una mujer sola debería tener cuidado’, pensó, así que esperó a ver si alguien más paraba. Como nadie lo hizo, volvió y se encontró al anciano jadeando y sudando. ‘Gracias’, le dijo con voz entrecortada; ‘estaba orando para que alguien se detuviera’. La mujer usó su teléfono móvil para pedir ayuda y esperó hasta que llegó la asistencia en carretera. Él hombre se identificó como Bill Krumweide, y habló de su familia y de su hobby, coleccionar aperos de granja antiguos. También ofreció pagar a la mujer por sus servicios, pero la «buena samaritana» dijo: ‘No gracias, me basta saber que fui la respuesta a sus oraciones.’

Diez años más tarde, la misma mujer andaba preocupada por su padre anciano, quien ya no estaba en condiciones de ocuparse de la granja familiar. Llamó a una organización de voluntarios para que lo ayudaran, y pronto se presentaron cuatro hombres con toda la maquinaria, los cuales en tres días sembraron todo el terreno. Uno de ellos le resultaba conocido y cuando le dijo el nombre comprendió por qué. Era Bill Krumweide Jr, precisamente el hijo del señor mayor de la carretera. ‘Gracias por ayudar a mi padre aquella vez’, dijo. ‘Yo soy la que estoy en deuda con usted‘ respondió la mujer. ‘Es sorprendente cómo un pequeño acto de bondad dio lugar a otros y conectó a nuestras familias en un vínculo de gratitud. Y todo comenzó. con la oración de un hombre mayor.’ Se recoge lo que se siembra: «El hombre.recibe el pago que merece la obra de sus manos» (Proverbios 12:14). Dios recompensa «.a cada uno según sus acciones» (Proverbios 24:12). No vives en una burbuja donde tus actos no tienen repercusión alguna. La Biblia dice: «El Señor recompensará a cada uno por el bien que haya hecho.» (Efesios 6:8 NVI).