La adoración Cristiana – Los Verdaderos adoradores

«.EL PADRE. ADORADORES BUSCA.» (Juan 4:23)

Cuando no adoramos a Dios, siempre encontramos un sustituto como objeto de nuestra adoración, que en muchas veces acaba siendo nosotros mismos. Adorar a algo es un deseo innato y universal que ha sido entretejido en cada fibra de nuestro ser por Dios. Es tan natural como el respirar. Jesús dijo que estamos hechos así porque «.el Padre. adoradores busca.» (Juan 4:23). Según tu trasfondo religioso, tal vez necesites expandir tu concepto de lo que es la adoración. Por ejemplo: es mucho más que la música. Se oye decir a menudo: ‘En nuestra iglesia tenemos primero la alabanza y luego la enseñanza.’ Pero eso es incorrecto, ¡todo se hace para la gloria de Dios! Si la alabanza y la adoración consistieran sólo en la música, ¿qué pasa con todas esas personas que desafinan más que un piano viejo? Recuerda también que la adoración no es un estilo musical. La clase de música que prefieres dice mucho más acerca de ti que de Dios. Los gustos musicales de uno pueden parecer ruidos molestos a otro. Aunque no a Dios; a él le agrada que le aclamen «con júbilo» y con toda la variedad de expresiones de gozo que eso conlleva (véase Salmo 100).

Otro aspecto es que la adoración no se hace para nuestro provecho sino para el de Dios. Cuando dices: ‘El servicio de hoy no me llenó’, indica que alabaste por motivos equivocados. Es normal que la persona se beneficie, pero no adoramos para agradarnos a nosotros mismos; nuestro motivo principal debe ser exaltar a Dios en todo lo que hacemos. Por último, la alabanza y adoración no están confinadas a la iglesia; como decía Martín Lutero: «Una criada puede ordeñar las vacas para la gloria de Dios.» El secreto de la adoración es hacer todo «como para el Señor». La Biblia dice: «.Que toda vuestra vida, con las cosas normales y corrientes -dormir, comer, trabajar y vivir- sean ofrecidas delante de Dios como ofrenda agradable.» (Romanos 12:1 parafraseado). ¡Eso es adorar!