¿Cómo Conquistar Nuevos Lugares Con La Palabra de Dios?

Otra vez os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Mateo 18:19

Como creyentes, somos parte de un ejército conquistador que toma constantemente nuevo terreno para el reino de Dios. ¿Correcto?

Bueno, así debería ser. Pero justo en el momento en que el ejército llega a la cumbre de la colina y está listo para avanzar, parece que Satanás saca el gran cañón de la DIVISIÓN y esparce a los creyentes por todas partes.

¿Cómo podemos contraatacar la estrategia de la división? Sería lanzando un ataque aún más poderoso con uno de los recursos más poderosos que nos ha dado el Señor Jesús: la oración unánime. Jesús dijo que si dos de nosotros nos ponemos de acuerdo acerca de cualquier cosa que pidamos, nos será hecha.

Esas palabras son tan poderosas que a muchos se les hace difícil creerlas. Si las creyeran, veríamos grupos de cristianos en cada esquina poniéndose de acuerdo en oración.

Busque a alguien para ponerse de acuerdo en oración esta semana. Cerciórense de que estén orando basados en la Palabra de Dios. Quizá tengan opiniones diferentes en cuanto a todo lo demás, pero podrán estar de acuerdo en la Palabra.

También estén seguros de que su acuerdo sea total: en espíritu, alma y cuerpo. Derriben argumentos, teorías e imaginaciones que sean contrarias a la Palabra. Lleven cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Guarden sus pensamientos y sus palabras.

Después, pónganse de acuerdo también corporalmente, o sea, digan con sus labios las cosas en las que se han puesto de acuerdo. Luego, actúen como si ya hubieran recibido la respuesta. No sigan pidiendo y pidiendo, sino den gracias a Dios. Manténganse de acuerdo y conquisten algún nuevo lugar para el Señor.

Escritura Devocional para leer: Mateo 18:19

Texto Bíblico Devocional:

Otra vez os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

Escrito por Kenneth Copeland