Nuestro Dios cabalga en los cielos para ayudarte

«No hay nadie como el Dios de Jesurún, que para ayudarte cabalga en los cielos, entre las nubes, con toda su majestad.» Deuteronomio 33:26 (NVI)

Desde la antigüedad, el símbolo del poder para los guerreros es el caballo. Hoy ya pasó de moda porque con un misil aire – tierra no hay caballo que aguante. Pero en los tiempos sin gasolina, ni pólvora, el ejército que tuviera caballos tenía un adicional importante al momento de buscar la victoria. Era el símbolo del general victorioso.

Un ejército con carros y caballos tenía de su lado el arma más poderosa del planeta. Y los israelitas habían visto en Egipto el poder de un carro de guerra. Eran los mismos que Dios había sepultado en el Mar Rojo. Los habían visto también en su peregrinaje hasta la tierra prometida y Dios los había salvado de ellos. Los habían visto en las milicias de la tierra que tenían que conquistar y atemorizaban.

Es la imagen que nos pintaron de San Martín cruzando los andes. El general en el caballo blanco, fuerte y audaz antes de la batalla. Siempre la imagen del soldado a caballo impacta y genera respeto. En la bendición de Moisés a la tribu de Aser, le recuerda esta condición permanente de Dios.

¿Cómo se puede representar el poder absoluto de Diosí Moisés con poesía espiritual lo compara a un general que cabalga en los cielos. Dios cabalgando en su caballo alado, dominando todos los contornos del universo. Entre las nubes, pasea con toda su majestad. ¡Qué imagen magnifica de Dios! Lo representa con absoluta ecuanimidad. Dios es el dueño de la victoria. Dios es temible. Dios tiene el control del universo. Dios tiene total majestad.

¡No hay nadie como Dios! Y lo más maravilloso es saber que este Dios tan grande, que se pasea y cabalga en los cielos, es el mismo Dios que está atento a tu persona. Y que tiene la sensibilidad para atender sus asuntos del universo, mientras le presta completa dedicación a lo que un simple mortal, en el minúsculo planeta tierra (como vos o como yo necesitamos).

¡Que Dios tenemos! Hoy es un muy buen momento detenerse un segundo en nuestra apurada vida social, laboral y familiar, para agradecerle a nuestro poderoso Dios, que tiene la delicadeza de cuidarnos y amarnos.

REFLEXIÓN – Poderoso Dios, gracias.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany