El  Cristiano y el Llevar fruto para Jesús

“…OS ELEGÍ… PARA QUE VAYÁIS Y LLEVÉIS FRUTO Y VUESTRO FRUTO PERMANEZCA…” (Juan 15:16)

Antes de dejar este mundo, Jesús tomó a sus discípulos aparte para prepararlos a enfrentar los problemas que llegarían después de su partida. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer…“…os elegí… para que vayáis y llevéis fruto y vuestro fruto permanezca…” (Juan 15:5,16). Jesús nos enseña dos cosas importantes:

1) Sólo descubrirás tu verdadera identidad cuando estés en una relación con Cristo:“Separados de mí nada podéis hacer.” Si olvidas eso, acabarás haciendo cosas que únicamente Dios puede hacer, tales como resolver los problemas a tu manera o promoverte a ti mismo con estrategias ingeniosas. En nada de lo que emprendas serás bendecido gracias a tus esfuerzos, sino a tu conexión con Cristo. A menos que entiendas eso, malgastarás tu tiempo buscando ayuda en personas que no tienen más poder que tú. Tu fortaleza y tus éxitos están en Cristo, la Viña; ¡permanece conectado!”

2) Antes de producir el fruto que permanece, perderás el que es temporal. “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará…” (Juan 15:2). Tal vez seas una buena rama, conectada a una buena vid y llevando buen fruto; pero de repente Dios empieza a cortar ciertas cosas de tu vida. Cosas que pensaste siempre estarían ahí, y eso te hace sentir como que estás retrocediendo. Necesitas fe para creer que Dios va a dejarte perder aquellas cosas de las que te enorgulleces; lo hace porque has puesto en ellas tu seguridad. Y te va a dar algo mejor: el fruto que permanece, el éxito duradero. Por lo tanto, y por difícil que parezca, suelta lo temporal. Dios ha preparado algo mejor para ti.