El sistema de recompensas de Dios. Segunda parte

“…ÉL RECIBIRÁ RECOMPENSA” (1 Corintios 3:14)

¿Cómo va Dios a evaluar y recompensar lo que hiciste por Él durante tu vida en la tierra? Basado en tres criterios.

1) La prueba de la relación. La vida que Dios premia no tiene en cuenta los logros que se hayan conseguido apartado de Él. Jesús dijo que a menos que permanezcamos en Él y obedezcamos sus mandamientos, no podremos llevar fruto (Juan 15:5). Jesús elogió a la iglesia de Éfeso por sus buenas obras, pero la reprendió porque había dejado apagar su amor por Él. “Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo y tu perseverancia… Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor” (Apocalipsis 2:2-4).

2) La prueba de los motivos. Jesús dijo a los fariseos: “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa… en los cielos” (Mateo 6:1). Fijémonos en las palabras “ser vistos”. ¿Cuál deberían ser tu motivo primordial? ¡Servir a Dios y glorificarlo! Lo puedes hacer hasta en algo tan sencillo como comer y beber (1 Corintios 10:31). Por otra parte, tus actos más “religiosos” no tendrán ningún valor si lo que te motiva es promover tu ego y tu reputación. 

3) La prueba del amor. Dijo Jesús: “Amad, pues, a vuestros enemigos, haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y vuestra recompensa será grande…” (Lucas 6:35). Cuando hacemos buenas obras, el “por qué” se hacen es más importante que las acciones mismas. La Biblia dice: “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis la recompensa completa” (2 Juan 8). Resumiendo, ¡mantén puro tu corazón y que tus motivos sean rectos!