«De esta manera hacía con todos los israelitas que venían ante el rey a juicio; y así les robaba Absalón el corazón a los de Israel. Llegó un mensajero en donde estaba David. Diciendo: El corazón de todo Israel se va tras Absalón» (2 Samuel 15: 6,13)RV95

Supe el caso de un empleado que trabajó con diligencia, hasta ganarse la confianza de su jefe; pasaron los años y un día asesinó a su patrón con sus hijos, para quedarse como dueño de lo ajeno.

Hay personas que son amables, especialmente con las damas, un día la enamoran, se casan y allí muestran «sus uñas» y carácter al ser toscos en su trato con su cónyuge.

Exactamente esto pasó con Absalón, pues, fue desleal a su padre y se puso como juez sin serlo, al tratar bien a la gente y «cuando alguno se acercaba para postrarse ante él, le tendía la mano, lo abrazaba y lo besaba» y así se ganaba el corazón de la persona. Absalón sabía lo que hacía, pues, su ambición era el poder, el ser rey a cualquier precio, sin importarle el dolor ajeno. Esto hizo huir a David que cual fugitivo tuvo que ampararse en el Señor.

El rey David, oró al Señor para que entorpeciera al conspirador Ahitofel, consejero de Absalón. Y así sucedió, pues, David envió a Husai para que aconseje a su hijo; esta estrategia política, más la acertada intervención de Husai y sobre todo el Señor que no dejó que el mal triunfe, dieron sus resultados a favor del pueblo.

La meditación de hoy nos hace pensar en el «amor con interés» de mucha gente. Ojalá hubiere ese interés sin egoísmo, de ayudar al prójimo, de servir sin codiciar lo ajeno. Ore por nosotros y busque al Señor para que lo guíe a ser amoroso sin motivaciones perversas.

ORACIÓN:

Padre entorpece el consejo de quienes desean nuestro mal.