¿Eres un “Felipe”? Segunda parte

“…ELIGIERON… A FELIPE…” (Hechos 6:5)

Leemos en la Biblia: “…Fuimos a Cesárea; entramos en casa de Felipe… Éste tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban” (Hechos 21:8-9).  El segundo aspecto que hizo de Felipe un líder idóneo para la iglesia fue: Sabía cómo levantar una familia fuerte. Quizás te preguntes: ‘Entonces, ¿si mi matrimonio ha fracasado, Dios no me va a poder usar?’ No es así. Samuel fue uno de los mejores profetas de Israel pero falló en la educación de sus hijos. David escribió los Salmos, pero su familia fue un desastre. No es de sorprender, pues, que tanto Samuel como David apenas tratan el tema de la vida familiar en sus escritos. Para tener credibilidad como líder de la casa de Dios, primero tiene que haber orden en tu hogar.    

Pastor: 

1) No sacrifiques a tu familia por la iglesia.

2) No antepongas la congregación a tus hijos. 

3) No le des más importancia a tus hijos que a tu esposa. 

4) Aprende a concentrarte en lo importante, no lo urgente. La Biblia especifica cuáles son las características para dirigir la iglesia. Pablo afirma que el líder“…debe ser irreprochable, marido de una sola mujer, y que tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía.  Es necesario que… sea irreprochable, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no amigo de contiendas, no codicioso de ganancias deshonestas. Debe ser hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo,  retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:6-9). ¿Estás cualificado?