Como Matar a tus gigantes

«…PERO YO VOY CONTRA TI EN EL NOMBRE DEL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS…»(1 Samuel 17:45)

Examinemos de nuevo la historia de David y Goliat y aprendamos las siguientes lecciones:

1) Debes confrontar lo que te está amenazando. Después de escuchar las amenazas de Goliat durante cuarenta días, sucedió algo: el enemigo se hizo más fuerte y el pueblo de Dios se volvió más débil. Si insistes en evitar o esquivar algo, a eso le das poder.

2) Debes recordar lo que has aprendido. David se acordó de la victoria que el Señor le dio sobre el león y el oso cuando era pastor de ovejas (Ver 1 Samuel 17:34,35). Eso debes hacer tú también. Escucha: «…Esto considero en mi corazón, y por esto esperaré: Que por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias; nuevas son cada mañana. ¡Grande es tu fidelidad!» (Lamentaciones 3:21-23). ¡Echa un vistazo a tu pasado!

3) Utiliza la espada del enemigo y úsala contra él mismo. Escucha: «Entonces… David… tomó su espada…, y le cortó con ella la cabeza. Cuando los filisteos vieron muerto a su paladín, huyeron» (1 Samuel 17:51). Debes estar dispuesto a luchar con el mismo grado de intensidad que tu enemigo. Has de aprender de él, y después tienes que aplicar lo aprendido para atacarlo su punto débil. Y nunca des por hecho de que ha muerto, cuando no está más que aturdido. Si no «le cortas la cabeza», volverá furtivamente otro día. Que tu meta sea una solución permanente, y no un apaño a corto plazo. Fortalécete en oración, renueva tu mente leyendo la Biblia, y procura recibir el apoyo que está disponible en la familia de Dios. Sobre todo, recuerda que tu fuerza no está en ti mismo, sino en el Señor. Con Él a tu lado no puedes perder.