Por favor aprende a decir que «no»

«…QUE… VUESTRO «NO» SEA NO…» (Santiago 5:12)

Cuando no sabes decir que «no», acabas por disgustarte contigo mismo, así como también con las personas a quien tratas de agradar. A veces nos cuesta decirlo, porque tenemos temor de no caerle bien a la gente. O tal vez pensemos que para ser «un buen cristiano», siempre tenemos que asentir. Jesús dijo: «…Cuando digáis No, que sea no. De este modo no caeréis en pecado…» (Santiago 5:12 CST). Hasta que no seas capaz de negarte a algo, no serás lo bastante maduro para enfrentar tus necesidades y carencias, y no te respetarás a ti mismo.

Haz tres cosas:

1) Piénsalo bien antes de comprometerte con algo. Si hace falta, di: ‘¿Puedo responderte más tarde?’ No te comprometas con nada antes de haber consultado con Dios, tu familia y tu calendario. «Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente…» (Santiago 1:5).

2) Si ya tienes demasiados compromisos, dilo claramente. Responder a las supuestas emergencias causadas por alguien que no planea bien, o por los hábitos descuidados de alguien, no te va a ayudar ni a ti ni a la persona en cuestión. Decide qué vas a aceptar, y luego cumple tu palabra. No te llenes de compromisos solo porque te sientes bajo presión, o culpable, o indispensable. Cuando digas a algo que no -¡o cuando te mueras!- te darás cuenta de que no eres indispensable.

3) Haz aquello que ser corresponda con tus dones. Dios nos ha dado a todos talentos únicos. Si tienes que elegir entre cantar en el coro o ser parte del comité de finanzas, ve allí donde tus talentos vayan a ser mejor utilizados. No es fácil hacerlo, pero a menos que aprendas, desperdiciarás el tiempo y las energías en aquello que a simple vista parece urgente, y dejarás de lado lo que es importante.