Feliz Primera Cristiana

«Las moscas muertas apestan y echan a perder el perfume. Pesa más una pequeña necedad que la sabiduría y la honra juntas.» Eclesiastés 10:1 (NVI)

Hoy comienza la primavera en el hemisferio sur y los jóvenes y adolescentes tiene su dia libre en el colegio. Los parques, paseos y shoppings se ven inundados por chicos que quieren celebrar el día del estudiante y de la primavera. Juampi y Connie llevaron a su curso gaseosas y comida para compartir con sus compañeros. Ellos también hacen su festejo.

Se celebra que comienza la estación de las flores, del perfume, de los días más lindos y soleados, de mayor frescura, de amor. Y todo esto sirve de excusa para que hoy a la noche escuchemos en los noticieros sobre problemas con la policía, excesos de alcohol, venta de drogas, agresiones y locuras adolescentes que incentivan la violencia.

No son todos, son una minoría, pero es la que recibe mayor prensa y los que más se hacen notar. Es que nuestra sociedad está corrompida y parece que lo malo es más visto y que lo bueno está condenado a pasar desapercibido. Pero fue siempre así. Ya lo decía el sabio Salomón con esta célebre frase.

Alcanza una mosca muerta para echar a perder un hermoso perfume. No es gran cosa la mosca, pero es suficiente para malograr un bien muy caro y preciado. De la misma manera, una pequeña tontería o necedad, arruina a la persona más sabia. Porque mancha su historia y la marca para siempre. Cuesta una vida lograr confianza, pero alcanza solo un minuto de mentiras para destruirla.

Nos acostumbraron a pensar que en esta sociedad podemos actuar sin consecuencias, y que nuestros actos, guiados por nuestro instinto o deseo alcanzan para darnos el gusto y que no tienen secuelas. Pero esto es un grave error. Dios no piensa así, todo lo contrario. La justicia de Dios no puede pasar por alto nuestros pecados, y demanda una compensación. ¡Gracias a Dios por la sangre del Señor Jesús que nos limpia de todo pecado!

Pero Dios espera algo más de nosotros. Desea que no cometamos el error de dejar una mosca muerta en el perfume de nuestra alma, para no echar a perder la frescura y el aroma de santidad que Dios nos dio por Jesucristo. ¡Sería una feliz primavera si pudieras hacerlo!

REFLEXIÓN – ¡Feliz primavera!

Un gran abrazo y bendiciones

Dany