¡Así es la vida Cristiana! Parte tres

«…PERO FIEL ES DIOS…» (1 Corintios 10:13)

He aquí una promesa a la que te puedes aferrar cuando tu mundo se tambalee: «…Pero fiel es Dios…» Jesús dijo: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» (Lucas 221:33). En un mundo lleno de incertidumbre, puedes cantar: «Sobre la Roca firme estoy y sólo en Cristo fuerte soy, y sólo en Cristo fuerte soy.» Tu trabajo, tu salud, tus familiares, tus amigos y tus inversiones no son otra cosa que «arenas movedizas». Sin embargo la fidelidad de Dios es tan sólida como una roca. Él será fiel en la sala de parto, en la residencia de ancianos, en la cola de la oficina de desempleo, en el proceso judicial y en los trámites de divorcio. El salmista escribió: «Hubiera yo desmayado, si no creyera que he de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. ¡Espera en el Señor! ¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón!…» (Salmo 27:13-14).

Fijar toda tu atención en la fidelidad de Dios te ayudará a no derrumbarte, a no rendirte, a no tener un ataque de nervios ni volverte loco. Si eres sincero, reconocerás que Dios ha sido mucho mejor contigo de lo que tú has sido con Él. Él siempre ha sido fiel, aun cuando tú no lo fuiste, y constante a pesar de tu inconstancia. «…Irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios» (Romanos 11:29). Cuando Dios te da un don, ya no te lo pide de vuelta. Cuando te hace una promesa, la cumple. Después de la muerte de Abraham, Él no olvidó Su promesa al patriarca y bendijo a sus descendientes a través de las generaciones. ¿Por qué es importante saber esto? Porque si eres consciente de la fidelidad de Dios contigo, tu deseo será serle fiel a Él.