La Natividad en la Biblia

«Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.» Lucas 2:7 (NVI)

Mientras que en algunos países de Europa el frío y la nieve hacían estragos y causaba serios problemas, en Buenos Aires, pasamos el 24 de diciembre más caluroso de los últimos 50 años. ¡Gracias a Dios teníamos nuestra pileta y logramos sobrevivir al calor debajo del agua durante horas! Pero fuimos la excepción. Se veía en la tele a muchas personas trabajando, haciendo compras, caminando y buscando agobiadas por el calor.

Luego llegó el momento de la cena, y como no podía ser de otra manera (al igual que en Rusia seguramente se habló el terrible frío), el calor fue el tema preponderante. Connie estaba preocupada porque todavía no había recibido ningún regalo. Y me dice: Papi, si hoy es el cumpleaños del Señor Jesús, y Él quiere que estemos contentos, seguro que desea que compartamos regalos, ¿vamos a recibir regalos hoy? Claro que sí, le respondí seguro, sabiendo lo que ya les habíamos comprado a ella y a Juampi.

Y mientras comíamos con calor, me quedé pensando en la simpleza de mi hija de cinco años, que tenía bien presente que estábamos celebrando. A pesar del calor, de la pileta, de los regalos, de la reunión familiar, del bombardeo televisivo de papa Noel y sus renos, ella sabía que hoy era el cumpleaños del Señor Jesús. Y lo tenía presente.

¡Con que facilidad los adultos nos desenfocamos de lo verdaderamente importante! ¿Hay algo más asombroso que Dios naciendo en un establo? ¿Cómo puede el Autor de la vida, quien creó el universo con el poder de su palabra, depender de que María puje para dar a luz? ¿Qué hubiera pasado si el cordón umbilical se enroscaba en su cuello? ¿Y si no había suficiente dilatación? Solo Dios sabía el futuro. Tal vez los ángeles estaban preocupadísimos viendo que iba a pasar, desconcertados por donde estaban entrando María y José para pasar la noche.

Cuando finalmente el niño nació y lloró por primera vez, la felicidad del cielo era tan grande que los ángeles bajaron a la tierra a celebrar, y como no encontraron a nadie más que esperara al Mesías, se lo contaron a unos pastores.

Hoy es el cumple del Señor Jesús. Celebralo con Él. No lo dejes afuera de tu celebración.

REFLEXIÓN – ¡Feliz navidad!

Un gran abrazo y bendiciones

Dany