Como Establecer Límites En La Vida Cristiana. Parte 4

«…HE APRENDIDO A HACER FRENTE A CUALQUIER SITUACIÓN…» (Filipenses 4:12 DHH)

Barreras flexibles: Las barreras impenetrables cierran la puerta a los demás, y los que las erigen están poco preparados para el dar y tomar que se requiere en toda relación. Las barreras penetrables te dejan indefenso frente a los que te quieren «utilizar», porque éstos creen que tienen derecho a manipularte y a esperar que cuides de ellos sin dar nada a cambio. Pero las personas con barreras flexibles son capaces de vivir su propia vida y al mismo tiempo manifestar un interés genuino y sano en los demás. Son compasivas y generosas con su tiempo y sus recursos; sin embargo no se creen responsables de otros, ni tampoco traicionan el llamado individual de Dios a sus vidas para poder complacer a otros. Éstos dicen: ‘Puedes ser mi amigo, pero no voy a dejar de ser yo mismo.’ No dejan que nadie traspase sus límites, como ellos tampoco traspasan los de los demás.

Al contrario de las personas rígidas, éstos se acomodan y adaptan a las circunstancias sin acabar agobiados, resentidos, a la defensiva o culpando a otros. Toman la iniciativa en situaciones difíciles, no pierden su enfoque y sacan fuerzas de la fortaleza interna que Dios les da. Pablo era esa clase de persona: «He aprendido a hacer frente a cualquier situación… A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:12-13 DHH). No son controlados por la gente ni por las circunstancias; son flexibles y dejan que Dios tome control. Son colaboradores, pero no se sienten culpables si no pueden ayudar y «arreglar» a todo el mundo. Sus barreras «flexibles» les permiten adaptarse a las circunstancias. Practican el principio: «Sobrellevad los unos las cargas de los otros…» (Gálatas 6:2), sin involucrarse hasta el extremo ni creerse responsables de otros.