Hace años, un vendedor de libros cristianos había vendido una Biblia en una aldea polaca. Al volver a pasar por esa aldea tres años más tarde, tuvo la alegría de hallar por lo menos doscientas personas quienes, tan sólo leyendo la Biblia, habían encontrado en Jesús a su Salvador. Como poseían un solo ejemplar del precioso volumen, se les ocurrió quitar la cubierta y dividir esa Biblia en numerosas porciones, las cuales se pasaban unos a otros por turno, para que todos pudieran aprovecharla. Muchas páginas habían sido copiadas, otras ?o las mismasí aprendidas de memoria.

       Como el vendedor ignoraba esto, propuso a los aldeanos que se reunieran para hacerles recitar algunos versículos importantes. Y para su asombro se pusieron a recitar algunas de las porciones que habían aprendido de memoria. Como el joven Samuel, de quien nos habla la Escritura, apreciaban en gran manera las palabras de Dios (1 Samuel 3:19).

       Nosotros, ¿podemos decir como el autor del Salmo 119: ?En mi corazón he guardado tus dichos?? (v. 11). ?¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!? (v. 103). ?Lámpara es a mis pies tu palabra? (v. 105). Nosotros que la tenemos, ¿la leemosí ¿La creemosí ¿La respetamosí 

• El devocional diario, es editado por: "La Buena Semilla" 1166 Perroy (Suiza) © Copyright: Todos los derechos reservados
  
• El texto enviado hoy es el del día correspondiente del año pasado.
  
• El texto del día de hoy puede leerse en nuestra página: https://www.devocionalescristianos.org 

  Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. – Tercera carta de Juan versículo 2.

• Prediquemos por Internet – ¿Hemos bendecido tu vida con el devocional diario? Si tu respuesta es afirmativa entonces suscribe a otros (pidiendo primero su acuerdo) para que lo reciban al igual que tu haz clic aquí…
  
• El equipo de Devocionales, Inc. se encarga de enviar este mensaje diariamente por correo electronico a 27.091 suscriptores.