El llamamiento al liderazgo. Parte 3

«EL SEÑOR RESPONDIÓ…: PASA DELANTE DEL PUEBLO…» (Éxodo 17:5)

Para ser un buen líder, tendrás que hacer estas dos cosas:

1) Pasa tiempo con la gente. El pueblo de Israel había estado sin líderes durante cuatrocientos años, lo que les había dejado sin identidad y con muy baja autoestima. De hecho, tenían mentalidad de esclavos. Por ello Moisés caminaba a menudo entre ellos, porque las ovejas se sienten más seguras cuando huelen los aromas del pastor y se rozan con él. Lo mismo sucede hoy en día. Si tienes miedo de intimar demasiado con la gente, quizás sea porque tienes mucho que ocultar -cosas como el orgullo, la inseguridad u otras debilidades. Las personas solo te seguirán y apreciarán si sienten que son valoradas.

2) Vete por delante de la gente. ¿Cómo sabes que ha llegado el momento de pasar a otro territorio? «El pueblo… murmuró contra Moisés…» (Éxodo 17:3). Lo hicieron porque no había agua allí donde estaban, y las ovejas sedientas siempre se quejan. Cuando empieza la murmuración, tal vez hayas pasado demasiado tiempo haciendo vida social; es hora de cambiar. «El Señor respondió a Moisés: Pasa delante del pueblo… golpearás la peña, y saldrán de ella aguas para que beba el pueblo…» (Éxodo 17:5-6). Cuando dejes de querer encajar en el ambiente y te adelantes a la gente, Dios te dará recursos sobrenaturales acordes al nuevo desafío. Ninguna visión se detiene indefinidamente por falta de finanzas, sino por falta de fe y valentía, y por la negativa a dar un paso más y arriesgarse. Cuando lo hagas, te darás cuenta de que Dios «…suplirá todo lo que [te] falta conforme a sus riquezas en gloria…» (Filipenses 4:19). ¿Conforme a qué? ¡Sus riquezas! Las cuales están a tu disposición si dejas de lado la comodidad y lo que te resulta familiar, y actúas con valentía.