«Y AMÓ ISAAC A ESAÚ. PERO REBECA AMABA A JACOB» (Génesis 25:28)

La Importancia Vital Del Amor De Los Padres – Tercera parte

El rechazo de los padres les conduce a los hijos a dos extremos: a la rebeldía y a la conformidad excesiva. Los niños se rebelan por su necesidad de ser aceptados. Esaú entendía el principio de que su matrimonio tenía que ser aprobado por los padres. Pero estaba resentido con su madre por no quererlo y por tramar el engaño con su hermano para despojarle de su primogenitura. Y también sentía rabia hacia un padre que le amaba con condiciones. Y su modo de manifestar esa rebelión fue actuar en contra de las leyes de Dios y de la familia casándose con mujeres extranjeras no aptas (véase Génesis 26:34). Tal vez incluso sintió cierta satisfacción malsana cuando su madre dijo: «Fastidio tengo de mi vida a causa de las hijas de Het.» (Génesis 27:64). Cuando nuestros hijos abandonan los estudios, se van de casa, dejan de ir a la iglesia, toman drogas, consumen alcohol, practican sexo ilícito, las hijas salen embarazadas o se casan con la persona equivocada, en muchos casos es una forma de decirnos: «¡Para que te enteres!»

Hablemos de la conformidad excesiva. La rebeldía de Esaú no le ganó el afecto de su madre, así que adoptó una técnica distinta con su padre, esperando que haciendo eso, su padre si le querría. Al dares cuenta de que Isaac aprobaba la elección de esposa de Jacob, «.vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán no agradaban a Isaac. tomó para sí por mujer.Mahalat.» 2 (Génesis 28:8-9). Mahalat era también nieta de Abraham, pero lamentablemente por parte de Ismael. Todo hijo, sea cual sea su edad, hará lo que sea, aunque sea destructivo o irracional para ganarse el amor de sus padres. ¿Dio el resultado esperado este matrimonio? ¡No! Nada le ganó el afecto de su padre. Porque el problema era un padre egoísta que lo amaba cuando le beneficiaba. Es cierto que Jacob y Esaú eran adultos, responsables de sus decisiones. Pero los padres son como los alfareros, con la capacidad de poder moldear el carácter, la conducta, las convicciones y el camino de sus hijos. Padres, lo que más valoran vuestros hijos, por encima de todo y durante toda su vida, es que los queráis con un amor sin condiciones.