«EN EL DÍA DE MI DESGRACIA… MI APOYO FUE EL SEÑOR» (2 Samuel 22:19 NVI)

La «caja de herramientas» de Dios para las desgracias

Una llamada telefónica a altas horas de la madrugada, un tumor maligno, un policía a la puerta, un hijo toxicómano; si vives lo suficiente, alguna vez te tendrás que enfrentar al «día de la desgracia». Y tu reacción dependerá de la solidez de tu relación con Dios. C.S. Lewis afirmó que o bien adquirimos la sabiduría que conlleva toda prueba, o bien la prueba se repetirá hasta que la aprendamos.

Un escritor señala que la «caja de herramientas» de Dios para las desgracias se encuentra en el Salmo 31:24:

1) «Esforzaos», porque Dios está peleando por ti. Debes conocer a Dios, sus convicciones y cómo acceder a su poder ilimitado. Tú no eres el que piensas ser, ni el que los demás consideran que eres… Dios dice que eres fuerte, ¡créelo!

2) «Tome aliento vuestro corazón». No dejes que el dolor acabe contigo. Recoge los pedazos y ofréceselos al Señor… elige vivir con amor. No merece la pena luchar por un corazón que no puede dar nada; has sufrido demasiado hasta llegar aquí, así que únete a Dios para ver tu sanidad completa.

3) «Esperáis en el Señor». No hagas caso de las emociones, las circunstancias ni los chismes; lleva tus esperanzas y sueños al altar; Dios hace nuevas y posibles todas las cosas. Únicamente lo que es auténtico prevalecerá… No importa cuánto tiempo hayas pasado en el taller de Dios, el progreso solo será patente en el momento del peligro. Nos preparamos de antemano a fin de que nuestras reacciones sean automáticas… No hay situación, tentación ni pregunta que no sea respondida en Efesios 6:10 RV 1960: «…Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza». Esa es la respuesta a cualquier prueba… Dios no te pide que seas fuerte por ti mismo, sino que confíes en Sus fuerzas y dejes que haga por ti lo que Él ya sabe que es lo que más te conviene.