¡»La regla de las veinticuatro horas»!

«BENDECID A LOS QUE OS MALDICEN, Y ORAD POR LOS QUE OS CALUMNIA.» (Lucas 6:28)

Cuando alguien te critica, la reacción humana normal es querer tomar represalias. Pero cuando tomas tiempo y tratas de comprender, entonces es más fácil perdonar. Por ejemplo, las personas que critican, a menudo:

(1) carecen de amigos íntimos. Guardan su distancia con los demás, casi nunca comparten sus sentimientos y se sienten incómodos con aquellos que lo hacen;

(2) carecen de simpatía. Les es más fácil condenar que aceptar. Sus opiniones duras y rápidas les hacen inflexibles;

(3) temen lo que no entienden. Pablo perseguía a los cristianos porque temía la creciente popularidad de éstos;

(4) no saben qué hacer con la libertad. Necesitan reglas que limiten sus elecciones, y sólo se sienten seguros dentro de sus propios límites.

Las palabras de Abraham Lincoln respecto a qué hacer con la crítica son una joya literaria: «Si tratara de responder a todos los ataques que se hacen contra mí, entonces no me quedaría tiempo para hacer el trabajo. Hago las cosas lo mejor que puedo y pienso seguir haciéndolas así. Si al final se demuestra que tenía razón, entonces no importa lo que se dijo. Si se demuestra que estaba equivocado, aunque hubiera diez ángeles declarando que tenía razón, eso no cambiaría el resultado.»
Entonces, ¿qué debes hacer cuando te critican? «Bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian» (Lucas 6:28).

Don Shula, el entrenador de los Miami Dolfins, inculcó a su equipo «la regla de las veinticuatro horas». Les daba veinticuatro horas para celebrar una victoria o lamentarse por una derrota; luego tenían que olvidarlo. ¡Esa es una regla por la que tú también necesitas vivir!