«PERO A… CALEB, POR CUANTO HUBO EN ÉL OTRO ESPÍRITU… YO LE METERÉ EN LA TIERRA…» (Números 14:24)

¡El «espíritu de poder hacerlo»!

El doctor James Dobson dice que durante años el tema ordenador le daba horror. Como escritor y conferenciante de radio, reconocía su valor potencial, pero siguió aplazándolo para «otro día». Por fin, teniendo más de 50 años, enfrentó sus temores y recibió clases. Hoy en día se pregunta cómo pudo arreglárselas antes sin ordenador.

¿Qué dicen los mensajes de tu mente cada vez que tienes la oportunidad de añadir una nueva habilidad o asumir un nuevo desafío? ¿»Soy demasiado viejo para aprender algo nuevo»?, ¿»Nunca se te dio bien eso»? o ¿»Te vas a poner en ridículo»?

Los diez espías que Moisés envió a Canaán no fueron derrotados por el tamaño de los gigantes, sino por cómo ellos los percibieron, y por lo que dijeron de sí mismos. Escucha: «…aquel pueblo… es más fuerte… éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas» (Números 13:31b,33b). ¡Hablar así es sentenciarse a muerte!

Porque Caleb tenía el «espíritu de poder hacerlo», se vio a sí mismo y a su enemigo de diferente manera. Escucha: «…más podremos nosotros que ellos» (Números 13:30b). ¡Antes de los logros siempre está la actitud!

Si antes de intentar algo la condición es de hacer todo bien a la primera, entonces no vas a conseguir nada. En realidad, acabarías preguntándote lo que podrías haber hecho si hubieras estado dispuesto a:

(1) arriesgarte;
(2) aprender de tus experiencias;
(3)permitir que Dios te enseñara lo que puede hacer por medio de ti.

Cada vez que te enfrentes con valor a un nuevo temor, este va a dejar de dominarte y estarás más cerca del éxito. ¡Sigue adelante! ¡Nunca sabrás lo que Dios puede llevar a cabo a través de ti a menos que des un paso en fe y te pongas a su entera disposición!