«PERMANECED EN MÍ, Y YO EN VOSOTROS» (Juan 15:4)

¿Qué significa Vivir una vida fructífera? – Parte 3

Eh, creyente «demasiado ocupado», escucha: «…el que permanece en Mí, y Yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer» (Juan 15:5b).

¿Quieres mayores resultados? ¡Pasa más tiempo con el Señor! ¿Quieres producir más? ¡Permanece más en Él! La rama que tenga más contacto con la cepa y menos obstrucciones es la que tiene mayor posibilidad de llevar mucho fruto. ¡Pero ten cuidado!

Todos los días van a aparecer cientos de cosas para impedirte que pases un buen tiempo con Dios. Y si se trata de apartar un período largo para esperar en su presencia, ¡eso demandaría un esfuerzo tan grande como aprobar una ley en el Congreso!

Tan solo en seis versículos Jesús utiliza diez veces el verbo ‘permanecer’. ¿Que por qué? ¡Porque no es algo natural! Jesús sabía que en los años siguientes a sus discípulos se les requeriría producir el suficiente fruto como para revolucionar el mundo. Pero ni siquiera podrás empezar a tener esa clase de influencia sin haber conseguido primero aquello que puedas olvidar con mayor facilidad: ¡más de Él!

Hoy tienes dos alternativas:

(1) «El que en Mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará» (Juan 15:6). 

La palabra ‘seco’ significa que no sirve para nada. ¡No gastes la vida en cosas inútiles! La voluntad de Dios es que lleves fruto, «…y vuestro fruto permanezca…» (Juan 15:16). ¡Impacta más allá de tu propia vida! ¡Que tu meta sea dejar un legado eterno!

(2) Si permaneces unido íntimamente a Él, si sacas tu alimento espiritual de Él, si permites que el poder que fluye por medio de Él lo haga a través de ti, ¡nada te impedirá alcanzar la mayor productividad en tu vida!