Lectura: Génesis 24:12-21

Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al SEÑOR, esa será alabada. –Proverbios 31:30.

En su libro Who Calls Me Beautiful? [¿Quién me llama hermosa?], Regina Franklin observa que en 1951, Miss Suecia medía 1,74 m y pesaba 68 kilos. Pero la Miss Suecia de 1983 era 5 centímetros más alta y pesaba 20 kilos menos. Lo que califica como belleza en una generación no parece aplicarse a la siguiente.

En Génesis 24:16 se nos dice que Rebeca «era muy hermosa». Sin embargo, la belleza física no era el punto crucial para Eliezer, el siervo de Abraham, enviado para hallar esposa para Isaac.

La oración de Eliezer nos da una clave importante acerca de la clase de belleza que él buscaba para el hijo de su amo: «Que sea la joven a quien yo diga: «Por favor, baja tu cántaro para que yo beba», y que responda: «Bebe, y también daré de beber a tus camellos»» (v.14).

La cortesía común pudo haber apremiado a Rebeca a proporcionar agua a un extraño, pero dar agua a los camellos era otro asunto. Diez camellos sedientos podían tomar hasta 795 litros de agua. Era evidente que Rebeca tenía corazón de sierva.

La Biblia nos dice que Rebeca era hermosa, pero dice mucho más de la belleza de su carácter. «Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al SEÑOR, esa será alabada» (Proverbios 31:30). –AL

NO HAY NADA QUE PUEDA REDUCIR LA BELLEZA QUE BRILLA DESDE ADENTRO.

Tomado y adaptado de Nuestro Pan Diario, las citas bíblicas se transcriben de la Nueva Versión Internacional.

Pastor Osvaldo Carnival   [email protected]