Este pronunciamiento del CONEP es muy aclarador.

PRONUNCIAMIENTO

El Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), en cumplimiento de sus objetivos institucionales, se dirige a los ciudadanos y ciudadanas de confesión evangélica y a la opinión pública en general, a propósito de las elecciones generales del 2 006 en las que intervienen agrupaciones políticas que se definen como evangélicas, de inspiración evangélica u otras en las que participan ciudadanos y ciudadanas evangélicos, con el fin de manifestar:
1.El CONEP, por su naturaleza, no alienta ni avala ninguna organización política partidaria,  convencido de que la opción política es libre y que la iglesia no debe promover una opción o adhesión uniforme u homogénea que pueda calificarse de evangélica, o peor aun impulsar un ?partido de los evangélicosí. Los cristianos evangélicos como ciudadanos, están llamados a aportar en la construcción de la nación y el desarrollo del país, eligiendo entre las distintas opciones, aquella que represente mejor sus convicciones ciudadanas, y que sea coherente con los principios de justicia, paz, verdad, integridad, solidaridad, inclusión, en los que debe sostenerse el desarrollo al que todo ciudadano aspira.

2.Llamamos a los ciudadanos de confesión evangélica que participan en partidos y movimientos políticos en las próximas elecciones generales,  que expongan sus propuestas políticas, con transparencia, honestidad y responsabilidad, para hacerse merecedores del voto de adhesión del electorado. Les animamos a persuadir y convencer a sus adherentes con la consistencia de sus propuestas, sin manipular ni apelar a motivaciones religiosas, sino impulsadas por  las que están orientadas al bien común.

3.Las diferencias ideológicas y políticas son propias de la vida y la acción política. En ese marco, exhortamos a los políticos de confesión evangélica ser ejemplos de un espíritu de apertura al diálogo, de construcción de consensos en función de los grandes intereses de la nación y, por consiguiente, a no recurrir a los argumentos de descalificación religiosa que conduzca a cualquier tipo de fundamentalismo que confunda y distorsione la participación de los cristianos evangélicos en la sociedad y la política.

4.Ningún modelo social, económico y político es equiparable al Reino de Dios y a la Iglesia. Sin embargo, los cristianos somos llamados a ser agentes de cambio, como sal y luz de cualquier Estado y modelo social y económico, para sembrar la semilla de transformación en la sociedad a la que pertenecemos y en la cual somos llamados a ejercer con responsabilidad, y en fidelidad a Jesucristo, nuestra ciudadanía.

5.Es necesario que los pastores y responsables de la educación y el discipulado cristiano, en la iglesia y en la sociedad, hagan un esfuerzo de aprendizaje y comunicación de valores éticos, y principios para la acción social y política, que les permita contribuir activamente a la formación de personas conscientes, responsables y libres para decidir la construcción de gobernabilidad y una sociedad en la cual todos y todas tengan igualdad de oportunidades. 

Lima, 19 de diciembre de 2 005

El Consejo Directivo