«…MIS PENSAMIENTOS NO SON VUESTROS PENSAMIENTOS NI VUESTROS CAMINOS MIS CAMINOS…» (Isaías 55:8)

¡Deja de intentar imaginarte los pensamientos de Dios!

¿Has hecho alguna vez la voluntad de Dios pero los resultados no fueron los que tú esperabasí Si es así, puede que hayas intentado imaginarte los pensamientos de Dios. Él dice: «…Mis pensamientos no son vuestros pensamientos ni vuestros caminos Mis caminos… Mis caminos [son] más altos que vuestros caminos y Mis pensamientos [son] más altos que vuestros pensamientos» (Isaías 55:8,9b). Generalmente, tenemos que volver a aprender el significado de esas palabras cada vez que nos enfrentamos a un nuevo reto.

Dios le dijo a Moisés: «Voy a liberar a los israelitas de Egipto» (Ver Éxodo 3:8). Hasta ahí suena muy bien, ¿no? Pero las cosas no resultaron como Moisés había anticipado, porque Faraón hizo que sus vidas fueran incluso más difíciles. En lugar de convertirse en un héroe, Moisés era ahora despreciado por su propio pueblo. Más tarde, cuando algunas otras cosas no vinieron a ser como Moisés esperaba, se desanimó y se quejó: «Señor, hicimos lo que Tú nos dijiste que hiciéramos. ¡¿Cómo es que estamos teniendo este altercado (Ver Éxodo 5:22)?! Moisés no entendía el resultado de su obediencia, porque Dios no le había dicho cómo iban a resultar las cosas. ¿Te suena familiar?

Por regla general, nuestras frustraciones tienen poco que ver con lo que Dios hace o no hace, y mucho que ver con nuestras suposiciones erróneas acerca de cómo pensamos que Él debería actuar. Cuando intentamos imaginarnos los pensamientos de Dios, siempre nos metemos en problemas. Escucha: «Lo que Yo
hago, tú no lo comprendes ahora, pero lo entenderás después» (Juan 13:7). ¡Tan sólo cuando miramos atrás es cuando vemos como Dios nos guió! Por tanto, confía en Él hoy, ¡y deja de intentar imaginarte sus pensamientos!