«BÁSTATE MI GRACIA.» (2 Corintios 12:9)

Liderazgo Cristiano: La valentía de ir primero

Todos sabemos lo que necesita ser cambiado. Cada noche, muchos de nosotros volvemos a casa frustrados por causa de ello. No nos falta el conocimiento, sólo nos falta la valentía para hacer algo al respecto.

Pero los verdaderos líderes son distintos; prefieren arriesgarse a ser criticados y fracasar en el camino al éxito antes que quedarse callados y morir aislados. ¡Eso es lo que les da a otros el ánimo de seguirles! La mayoría de las personas alberga un sueño que anhela hacer realidad; sólo necesita que alguien dé el primer paso para indicarle el camino. ¡Tú puedes ser ese alguien!

Sin valentía, simplemente acumulamos una colección de buenas ideas y pesares. La mayor parte de nuestras oportunidades perdidas no lo habría sido si
tan sólo hubiéramos estado dispuestos a ir más allá de nuestros temores y a abrazar lo desconocido. Todos experimentamos temor, pero la diferencia está en
que al final la necesidad de progreso de un verdadero líder puede más que su renuencia a arriesgarse. Su conciencia puede aceptar mejor el haberlo intentado
y fallado que el no haberlo intentado del todo. Él sabe que el fracaso es una parte inevitable del éxito. También se da cuenta de que el fracaso parece
totalmente distinto cuando se le mira por «el espejo retrovisor» que cuando lo tienes que enfrentar en «el parabrisas». La verdad es que mientras que la
persona normal y corriente teme lanzarse a una nueva oportunidad, el verdadero líder teme el perdérsela.

Así que, si hoy tienes temor de lanzarte, escucha: «Bástate Mi gracia.» (2 Corintios 12:9).