«.ESTA LEVE TRIBULACIÓN MOMENTÁNEA PRODUCE EN NOSOTROS UN CADA VEZ MÁS EXCELENTE Y ETERNO PESO DE GLORIA.» (2 Corintios 4:17)

Hay un propósito de Dios para tu vida – ¡búscalo!

Jesús dijo que tendríamos problemas (ver Juan 16:33). Nadie recibe «un salvoconducto». Resuelves un problema, y otro te está esperando para tomar su lugar. No todos son grandes, ¡pero todos son necesarios para tu crecimiento espiritual! ¿Cómo mides la fuerza de cualquier cosa? ¡Probándola! Escucha: «…no os sorprendáis del fuego de la prueba que os ha sobrevenido… para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría» (1 Pedro 4:12,13).

David escribió: «Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón.» (Salmo 34:18). Las experiencias que más cambiarán tu vida vendrán a menudo en los días más tenebrosos -cuando tienes el corazón partido, te sientes abandonado, no tienes más opciones, los niveles de dolor «han tocado techo»-, y por todo ello te vuelves a Dios. Es entonces cuando aprendes a orar de corazón y honestamente. Cuando estás sufriendo, no tienes energía para oraciones superficiales.

Dios podría haber mantenido a José alejado de la cárcel (ver Génesis 39-41), a Daniel fuera del alcance de los leones (ver Daniel 6), a Jeremías apartado del
hoyo fangoso (ver Jeremías 38) y a Pablo le hubiera podido salvar del naufragio (ver Hechos 27), pero no lo hizo. ¿Y cuál fue el resultado? Pues que cada uno de ellos se acercó más a Dios, impactando el mundo en el que vivía.

Nuestros problemas nos obligan a mirar al Señor y a depender de Él en vez de depender de nosotros mismos. Para personas acostumbradas a muchos logros, como
Pablo, esto debe ser muy duro. Escucha: «.tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos» (2 Corintios 1:9). ¡Nunca sabrás que Dios es todo lo que necesitas hasta que Él sea todo lo que tienes! Así que hoy, pon todas tus necesidades en sus amorosas y capaces manos, y observa lo que va a pasar.