La epidemia invisible – Parte 1

“MUCHOS CORRERÁN DE AQUÍ PARA ALLÁ…” (Daniel 12:4b)

Cuando Daniel dijo que en los últimos días: “(M)[m]uchos correrán de aquí para allá”, dibujó un cuadro increíblemente exacto de nuestros días. Hay una epidemia invisible llamada E-S-T-R-É-S, y nos hace sentir agotados, utilizados y sobrecargados. Ya que no podemos cambiar la vida, tenemos que cambiar nuestro enfoque respecto a ella. Aquí tienes dos formas de hacerlo:

(1) Simplificar el estilo de vida. Alguien dijo sarcásticamente:

“¡Comencé con nada y sigo teniendo la mayor parte de ello!”. ¡Pero la mayoría de nosotros tiene lo suficiente para sobrevivir durante diez vidas! Pregúntate: ‘¿Realmente necesito toda esta ropa, todos estos libros, CDs y cosas que he acumulado?’. ¿Por qué no descargarse de lo que no utilizas y dárselo a alguien que pueda usarlo? Si lo haces, tus niveles de estrés disminuirán y te sentirás liberado, porque cuanto más tengas, ¡más tendrás de qué ocuparte! Por eso Jesús dijo: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35b).

(2) Luchar por el progreso, no por el perfeccionismo.

Louis de Fontanes dijo: “El deseo de perfección es la peor enfermedad que jamás haya afligido la mente humana”. Los perfeccionistas no sólo son sus peores críticos personales, sino que también son muy exigentes con cualquier otra persona que no pueda mantener sus niveles imposibles. Aprenda a vivir con “cabos sueltos” y confíe más en Dios. Si quieres tener progreso, ¡tienes que estar en paz con las dificultades que le acompañan!