Las Excusas en la Vida Cristiana, deja de poner excusas

“…NOSOTROS, SIENDO MUCHOS, SOMOS UN CUERPO EN CRISTO, Y TODOS MIEMBROS LOS UNOS DE LOS OTROS” (Romanos 12:5)

Entiende esto: siempre entregarás tu vida a algo; la pregunta es: ¿a qué? ¿Al deporte, un hobby, fama, dinero? Ninguna de estas cosas te proporcionará satisfacción duradera, ¡ni una! El servicio es el camino que te lleva a la felicidad y al umplimiento. La única manera que encontremos significado en la vida es siendo serviciales. Cuando nos acoplamos a los propósitos de Dios, nuestras vidas cobran una importancia eterna. Pablo escribió: “…Dios ha colocado cada uno de los miembros en el cuerpo como Él quiso, pues si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?” (1 Corintios 12:18,19).

Si no estás involucrado en algo más grande que tú mismo, no haces más que existir, ya que la vida está diseñada para servir al Señor. Él quiere que aprendas a amar y a cuidar a otros desinteresadamente. Quiere que tu influencia en este mundo sirva para bien, y obrar a través de ti. Al final, lo que importa no es cuánto tiempo vivas, sino ¡lo eficaz que seas!

Si hoy todavía no estás involucrado en algún tipo de servicio, ¿cuál es tu excusa? Abraham era viejo, Jacob inseguro, Lea poco atractiva, José padeció abusos, Moisés era tartamudo, Gedeón pobre, Sansón dependía de otros, Rahab era inmoral, David tuvo un desliz que acarreó todo tipo de problemas familiares, Elías tenía tendencias suicidas, Jeremías estaba deprimido, Jonás era rebelde, Noemí viuda, Juan el Bautista bastante excéntrico, Pedro impulsivo, Marta fácilmente preocupada, la mujer samaritana tuvo varios matrimonios fracasados, Zaqueo era deshonesto, Tomás tenía muchas dudas, Pablo mala salud y Timoteo era tímido. Ésta es una larga lista de personas con “defectos”; sin embargo Dios usó a cada
una de ellas, y Él se servirá también de ti, ¡si dejas de poner excusas!