El ministerio de intercesión en la Biblia

«QUE… ANTE DIOS… APELA POR SU AMIGO» (Job 16:21)

La Biblia nos narra: «Josué… presentó batalla a los amalecitas… Moisés, Aarón y Hur subieron a la cima de la colina. Mientras Moisés mantenía los brazos en alto, la batalla se inclinaba en favor de los israelitas; pero cuando los bajaba, se inclinaba en favor de los amalecitas. Cuando a Moisés se le cansaron los brazos… Aarón y Hur le sostuvieron los brazos… Fue así como Josué derrotó al ejército amalecita…» (Éxodo 17:10-13 NVI). Este relato nos ilustra el poder de la oración intercesora. Apartados de las multitudes, pero presentes ante los ojos de Dios, se encuentran hombres y mujeres que «levantan los brazos» de los líderes cristianos en oración. Y Dios está buscando más intercesores.

Charles Finney iba acompañado en todos sus viajes de un intercesor llamado Abel Clary. Escribió Finney: «Mr Clary se quedaba allí y no se iba hasta que yo no hubiera acabado. Nunca apareció en público, pero se entregó enteramente a la oración». El ministerio de Finney impactó positivamente a muchos países, pero él no lo hizo solo. Job nos dice: «Mi intercesor es mi amigo… para que interceda ante Dios en favor mío, como quien apela por su amigo» (Job 16:20-21 NVI). El ministerio de intercesión es: 1) Un ministerio en el que te identificas con otros y te unes a ellos. 2) Un ministerio de sacrificio que te llama a dejar de lado los placeres y comodidades de la vida. 3) Un ministerio de autoridad, porque tus oraciones por otros mueven la mano de Dios.

Hoy en día, el Dios que dijo: «Busqué entre ellos un hombre… que se pusiera en la brecha delante de mí…» (Ezequiel 22:30), está buscando más intercesores. ¡Tú puedes ser uno de ellos!