4 Consejos para seguir cuando estés enfadado

«AIRAOS, PERO… NO SE PONGA EL SOL SOBRE VUESTRO ENOJO…» (Efesios 4:26)

Permanecer molesto es un lujo que no te puedes permitir. ¿Por qué? Porque la Biblia dice que «…el enojo reposa en el seno de los necios» (Eclesiastés 7:9b). El enfado no sólo te daña, también es una de las estrategias de Satanás para sacarte de la voluntad de Dios. Por eso, Pablo escribió: «Airaos, pero… no se ponga el sol sobre vuestro enojo…» (Efesios 4:26). La doctora Mara Julius -investigadora del control del enojo- dijo: «Si te molestas y lo tratas inmediatamente, el daño es mínimo». Así que, aquí tienes 4 consejos cómo manejar el enfado:

(1) Date un paseo

El ejercicio quema el exceso de adrenalina mejor que seguir «hirviendo» por dentro. Además, te ayudará a pensar con más claridad y a hacer las cosas de manera que no lo lamentes después. Escucha: «El que fácilmente se enoja comete locuras…» (Proverbios 14:17).

(2) Acepta tus límites

Reconoce las cosas que no puedes controlar, como las acciones y actitudes de los demás, o acontecimientos imprevistos como la cancelación de un vuelo o un atasco. Céntrate en tus bendiciones, especialmente en el hecho de que tienes a Dios contigo, tu salud, tu familia, tu trabajo, ¡y el coche para llevarte hasta allí!

(3) Ten cuidado de donde te desahogas

Una cosa es estar molesto, y otra es descargar tu ira en el momento inadecuado. Recuerda: «El necio da rienda suelta a toda su ira, pero el sabio, al fin, la apacigua». (Proverbios 29:11). Comparte sólo tus sentimientos con aquellos en los que confías, y quienes no son el objeto de tu ira. De lo contrario, el enojo te perseguirá.

(4) No te relaciones con gente colérica

Así como la felicidad y la gratitud, la cólera es contagiosa. De manera que cuando Dios dice: «No te unas al iracundo…» (Proverbios 22:24), es un buen consejo – ¡tómalo!