“Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios.Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.

Y entrando en una de aquellas barcas, la cual esa de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.” La gente se agolpaba para oír la Palabra de Dios, yo siempre digo “donde hay vida, hay crecimiento”.

Cuando viajo y quiero ir a un restaurante, pido ir al más lleno porque de seguro la comida será muy buena. Jesús vio dos barcas, pero sólo se iba a subir en una; las barcas pueden ser el trabajo, la casa, etc. A veces, crees que Jesús no ha estado en tu trabajo, pero El ha pasado frente a él, frente a tu casa, pasa por donde tú estés.

Aunque El se ha parado frente a nuestras casas, no quiere decir que entre a todas por muy lindas que estén. Dios se puede parar frente a todas las iglesias y aunque usted no lo crea, no entra a todas. Yo le pido que si se para frente a esta iglesia, le provoque entrar y llene a todas las personas que aquí están. La pregunta es que si El al pararse frente a tu casa, ¿va a querer entrar? El propósito es que El vea muchas, pero que entre a la tuya, no a la de nadie más, ¡a la tuya!