El amor de Dios por ti

«MIRAD CUÁL AMOR NOS HA DADO EL PADRE…» (1 Juan 3:1)

[dropcap]N[/dropcap]o serías tan duro en la autocrítica ni tan consciente respecto a las opiniones de los demás en cuanto a ti si tan sólo supieras cómo piensa Dios realmente de ti. Él se decidió sobre de ti antes de que cometieras error alguno, así que arrepiéntete y abandona el sentimiento de culpabilidad – porque este proviene de la falta de fe y ofende la misericordia de Dios. Deja de ir dando vueltas en búsqueda de amor. Abre tu corazón; el Señor te está hablando hoy justamente en las circunstancias de las que intentas escapar. Es Él a Quien necesitas cuando la vida te ha herido al caer de tu «nido» como un pajarito. Sólo su mano es capaz de tomar tu alma decaída, conferirle «alas» nuevamente y darte fuerza para intentarlo de nuevo – ¡y tener éxito!

El problema es que nunca nadie nos has amado igual que Dios – así que [highlight]¡no hay nada con qué comparar su amor![/highlight] Algunos de nosotros nunca nos hemos sentido seguros del amor de nuestros padres biológicos y esto afecta el cómo vemos a nuestro Padre celestial. ¡Vuelve a su Palabra! Es una carta viva de amor. Es una «declaración de buenas intenciones» del que sólo desea lo mejor para ti.[highlight] «Pero soy tan indigno». Nada de lo que has hecho ha cambiado su postura. Su amor para ti es constante – ¡y sin condiciones![/highlight]

Ningún padre quiere que su hijo se sienta inseguro o que ponga en duda su amor. Por eso Dios nos disciplina, nos desarrolla y ¡se deleita en nosotros! El hecho de que Él te ama aun cuando has hecho algo mal es lo que te da la fuerza de rectificar los errores que cometiste. Así que, ¡ven y experimenta su amor nuevamente!