«Habla» al origen – no al problema

«¡HUESOS SECOS, OÍD PALABRA DEL SEÑOR! …Y VIVIRÉIS. Y SABRÉIS QUE YO SOY EL SEÑOR» (Ezequiel 37:4b,6b)

Cuando Ezequiel obedeció a Dios y proclamó: «¡Huesos secos, oíd palabra del Señor! …y viviréis. Y sabréis que Yo soy el Señor» (Ezequiel 37:4b,6b), la Biblia dice que «…los huesos se juntaron… … y vivieron y se pusieron en pie» (versículos 7b y10b).

Aquí hay una lección para nosotros; sólo la Palabra viva de Dios puede:

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(a) Crear orden en el caos de nuestras vidas.

(b) Dar crecimiento, estrategias y fuerza a la congregación, que es el cuerpo de Cristo en la Tierra.

(c) Unir los «huesos secos» de la división y el desánimo. Sin esto tenemos «forma», ¡pero no fuerza ni tampoco «fuego»!

Habrás notado que cuando Ezequiel empezó a profetizar, aunque se unieron los huesos, «…no había en ellos espíritu» (versículo 8b). De manera que, él dejó de hablarles y fue directamente al origen – el viento, que representa al Espíritu de Dios, diciendo: «¡…sopla sobre estos muertos, y vivirán» (versículo 9b).

Nunca experimentarás una visita divina o una solución sobrenatural mirando a la «carne y la sangre»; este tipo de experiencias viene solamente de Dios mismo. Cuando necesitas su ayuda, ¡tienes que ir directamente a la Fuente!

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Si hoy estás luchando con presiones financieras, temas médicos, adicciones, o problemas de relaciones, necesitas ser lleno del Espíritu Santo de nuevo.

Job dijo: «…y el soplo del Omnipotente me dio vida» (Job 33:4b). Así que, tómate un tiempo a solas y ora: «Espíritu Santo, sopla sobre mí».