¡Algo bueno saldrá de ello!

«VOSOTROS PENSASTEIS HACERME MAL, PERO DIOS LO ENCAMINÓ A BIEN…» (Génesis 50:20)

A pesar del hecho que José fue traicionado por sus hermanos, vendido como esclavo, acusado falsamente por la mujer de Potifar y mandado a prisión por muchos años, él fue capaz de decir: «vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó a bien…» (Génesis 50:20). ¿Cuántas veces ha pasado algo en tu vida de lo que después te diste cuenta que era necesario? Si no hubieras sostenido esto o pasado por medio de lo otro, no hubieras estado preparado para las bendiciones que disfrutes ahora, ¿verdad? Cuando ves la mano de Dios en ello, empieces a entender que lo que el enemigo planeó para tu destrucción, el Señor usó para tu desarrollo.

Para ser «más que vencedor» (Ver Romanos 8:37) significa que puedes levantarte y decir: «Yo lo veo de la siguiente manera: todo por lo que he pasado hacía falta para hacerme como soy hoy y para enseñarme lo que sé ahora. Por lo tanto, elijo sentirme mejor, y no amargado. Más que nunca confío en la fidelidad de Dios. Si mi fe no mueve la montaña, me dará la fuerza necesaria para aguantar hasta mañana. Y si mañana la montaña no se ha movido, aun así creeré que el Señor lo puede hacer, y confiaré en Él hasta que lo realice».

Alégrate, porque tus pasos son ordenados por el Señor (Ver Salmo 37:23). Él no ha apartado su vista ni su mano de ti, ni por un solo momento. Cuando hayas salido de esta prueba, te darás cuenta de que «lo peor que hubiera podido pasar» fue en realidad «(D)[d]e parte del Señor…[, llegando a ser] …maravillos(a)[o] a (nuestros) [tus] ojos» (Salmo 118:23b).