Los Equipos A y B de Dios de la Iglesia de Dios

«EL… ESPÍRITU, REPARTIENDO A CADA UNO EN PARTICULAR COMO ÉL QUIERE» (1 Corintios 12:11)

Existe un concepto equivocado pero común que la iglesia debería ser una democracia. Y sin embargo, Dios no lo ve así. No cabe duda que toda persona merece un tratamiento igual en lo que se refiere a la amabilidad, el amor y el respeto. No obstante, no todos tenemos las mismas habilidades o la misma misión, porque el Señor «…constituyó a unos… [y] a otros…» (Efesios 4:11). La Biblia dice: «…testificando Dios… con… repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad» (Hebreos 2:4).

Amas a tus hijos pero no todos tienen talentos ni aptitudes idénticos, ¿verdad? Además, no les va bien a todos la misma ropa o el mismo peinado. Así también el Señor no nos muestra a todos lo mismo ni nos da los mismos dones. Su Palabra dice: «el… Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como Él quiere» (1 Corintios 12:11). ¡Y Dios nunca comete errores!

Incluso entre sus propios discípulos, Jesús tuvo un «equipo A» y un «equipo B», usando los dos. Llevó a un equipo al monte de la transfiguración, y mandó al otro a ir a la ciudad a trabajar. Cuando Pedro, Jacobo y Juan subieron al monte con Jesús, puede que experimentaron cosas que los demás no hubieran podido «digerir». Eso era lo que unos y otros necesitaron para cumplir con la tarea a la que el Señor les estaba llamando.

Toma nota de algo importante: Jesús no intentó llevar a todos al monte a fin de que nadie se sintiera menospreciado. Como líder, tienes que actuar más allá de las opiniones de otros. Cuando sabes que algo es correcto, entonces tienes que hacerlo, ¡le duela a quien le duela!