¿Eres generoso según la Biblia?

«…DONDE ESTÉ VUESTRO TESORO, ALLÍ ESTARÁ TAMBIÉN VUESTRO CORAZÓN» (Mateo 6:21)

Decimos que si algún día tuviéramos un montón de dinero, entonces seríamos generosos. ¿A quién estamos engañando? La prosperidad tiene muy poco que ver con la generosidad. El ingreso medio en el estado de Mississippi es el segundo más bajo en los Estados Unidos, y sin embargo este estado está clasificado sexto en donaciónes benéficas. En contraste, New Hampshire está clasificado sexto en el ingreso medio personal, pero adivina su clasificación en donaciónes de beneficencia: ¡cuadragésimo quinto!

Un buen ingreso no implica que tengas un corazón grande. Henry Ward Beecher avisó de que la prosperidad podría incluso ocasionar que donar dinero sea menos probable. Dijo: «Tened cuidado, no sea que la prosperidad destruya la generosidad…». La gente en los Estados Unidos vive en el país más próspero del mundo y durante la época más próspera de su historia. Sin embargo, sólo el 2,5 por ciento de sus ingresos va a obras benéficas, menos que las que hubo durante la Gran Depresión.

Si deseas ser una persona más generosa, no esperes hasta que tus ingresos cambien; ¡cambia tu corazón! Cada día, encuentra una causa para dar. Busca una ocasión urgente o un ministerio merecedor. Los hay en todas partes. Escucha: «…al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor» (Mateo 9:36). A la hora de la verdad, los receptores de nuestra generosidad nunca son las iglesias, las misiones o las instituciones. A fin de cuentas, los que la reciben son personas – personas amadas y valoradas por Dios, personas por las que Cristo murió. Por lo tanto, ¿qué estás haciendo tú por los demásí Podrás medir tu generosidad por la forma de contestar esta pregunta…

Si tu respuesta es nada, entonces es tiempo de alinear tu corazón a la generosidad de Dios.

Bendiciones!