Descubre: ¿Cómo Vencer las Barreras para Compartir tu Fe Cristiana?

Algunas personas nacen evangelistas. Tienen un don dado por Dios para compartir el Evangelio y entran en este llamado de forma natural y con gran éxito. Pero para la mayoría de nosotros “este predicar” no viene con la misma facilidad, debido a poca práctica o a veces escasa comunión con Dios.

Sea fácil o no, no podemos abandonar nuestra responsabilidad ante Dios y la gente en nuestro mundo al no compartir las buenas nuevas que se encuentra en Jesús.

La “Gran Comisión” escrita en el libro de Mateo 28:18-20 es clara acerca de lo que los discípulos de Jesús deben hacer:

Y Jesús se acercó y les habló diciendo: “Toda autoridad en el cielo y en la tierra me ha dado a mí. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

Se nos dice para hacer discípulos y enseñar a estos discípulos a guardar todo lo que enseñamos. Así que ¿por qué la mayoría de los cristianos, no comparten su fe? Aquí hay 11 razones que puedes identificar para dejarlas de lado y compartir tu fe en Jesús.

1. Hemos olvidado lo bueno que el evangelio es realmente
2. Estamos demasiado ocupados
3. Estamos avergonzados
4. No queremos ser asociados con otros cristianos ‘locos’
5. No sabemos qué decir
6. No conocemos ningún no-cristiano
7. No creemos que sea necesario
8. No creemos que sea nuestro trabajo
9. No es muy políticamente correcto
10. No es muy cool
11. Somos demasiado perezosos

Estoy dejando un principio Bíblico en cada razón, así como su versículo bíblico correspondiente.

1. Hemos olvidado lo bueno que el evangelio es realmente:

Principio: El evangelio es el poder de Dios para la salvación (Romanos 1:16). Recordemos su valor y transformación.

Versículo: «Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es el poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree…» (Romanos 1:16a).

2. Estamos demasiado ocupados:

Principio: Prioriza el Reino de Dios (Mateo 6:33) y busca oportunidades para compartir el evangelio en tu vida cotidiana.

Versículo: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.» (Mateo 6:33).

3. Estamos avergonzados:

Principio: No te avergüences del evangelio; es poder de Dios (Romanos 1:16). La valentía viene del Espíritu Santo.

Versículo: «Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree…» (Romanos 1:16a).

4. No queremos ser asociados con otros cristianos ‘locos’:

Principio: Sé fiel a Cristo, no a las opiniones de los demás (Gálatas 1:10). No somos de este mundo (Juan 17:16).

Versículo: «Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.» (Gálatas 1:10).

5. No sabemos qué decir:

Principio: El Espíritu Santo te guiará (Juan 14:26) y dará palabras en el momento adecuado (Lucas 12:12).

Versículo: «Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.» (Juan 14:26).

6. No conocemos ningún no-cristiano:

Principio: Sal de tu zona de confort y busca oportunidades de conocer a otros (Mateo 28:19-20).

Versículo: «Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…» (Mateo 28:19-20a).

7. No creemos que sea necesario:

Principio: Jesús nos comisionó a hacer discípulos (Mateo 28:18-20) y compartir el evangelio es esencial para la fe cristiana.

Versículo: «Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones…» (Mateo 28:18-19a).

8. No creemos que sea nuestro trabajo:

Principio: Todos los creyentes son llamados a ser testigos (Hechos 1:8). La Gran Comisión es para todos.

Versículo: «pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.» (Hechos 1:8).

9. No es muy políticamente correcto:

Principio: La verdad a menudo contradice las normas del mundo (Juan 17:14). No comprometas la verdad por la conveniencia.

Versículo: «Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.» (Juan 17:14).

10. No es muy cool:

Principio: La fe cristiana no se basa en popularidad, sino en la verdad y la gracia de Dios (Efesios 2:8-9).

Versículo: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.» (Efesios 2:8-9).

11. Somos demasiado perezosos:

Principio: La cosecha es abundante; trabaja mientras es de día (Juan 4:35). La pereza es una barrera para el cumplimiento de la Gran Comisión.

Versículo: «No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.» (Juan 4:35).

En cada una de estas razones, recordemos que somos llamados a llevar el mensaje del evangelio con valentía, amor y fidelidad, sin importar los obstáculos que enfrentemos. Que estos principios y versículos nos inspiren a ser testigos de la gracia y el poder de Dios en el mundo que nos rodea.

Sé que he sido culpable de muchas de estas excusas. Cuando las leí me di cuenta de que absolutamente ninguna de ellas son buenas razones para no compartir mi fe. Todos ellas giran en torno al cristiano y no a la necesidad del no-cristiano. Todas son excusas que yo no quiero usar para justificar mi comportamiento egoísta cuando me presento ante Dios cada día.

La conclusión es la siguiente:

Si usted y yo realmente creemos en Jesús, que Él es la respuesta que la humanidad necesitan, entonces «este creer» debería obligarnos a compartir nuestra fe con la mayor cantidad de gente posible, y por cualquier medio posible.

El evangelismo no tiene que ser un sermón formal en un momento específico. Puede ser tan simple como compartir con alguien cómo descubrió su necesidad de perdón y que este perdón se encuentra en Jesús.

En mi experiencia de compartir mi fe en Dios, casi siempre no fue un único evento. Al contrario, en ocasiones fueron muchas conversaciones durante largos períodos de tiempo. Esto incluye oración, vivir como un ejemplo de Cristo para el mundo, y siendo consecuente con las palabras que creo.

Si somos transparentes con todos con los que estamos interactuando, no podremos dejar de encontrar oportunidades de mostrar el amor de Cristo a los demás con acciones y palabras.

Hemos sido comisionados y tenemos una misión importante, debemos, pues, deshacernos de las excusas de por qué no compartimos nuestra fe y hacer el trabajo que se nos encomendó realizar.

Pregunta: ¿Cómo has compartido tu fe? ¿Cómo ha respondido la gente después de hablarles de Jesús?