«RECONÓCELO EN TODOS TUS CAMINOS Y ÉL HARÁ DERECHAS TUS VEREDAS» (Proverbios 3:6)

Oscar Wilde obtuvo varias becas y fue instruido en los mejores colegios de Gran Bretaña. Fue nombrado como «El Mejor de los Mejores» en Oxford. Se convirtió en la atracción de Londres. La revista «British Heritage Magazine» lo definió como «Nuestro escritor más digno de mención después de Shakespeare». No obstante, su modo de vivir indisciplinado le llevó a ingresar en prisión.Desde allí escribió:

«Debo reconocer que he arruinado mi vida. Nadie, grande o pequeño, puede ser arruinado excepto por sí mismo. Los dioses me han dado casi todo. Pero por mucho tiempo me dejé seducir por largas temporadas de frivolidad insensata y sensual. Me rodeé de naturalezas mediocres y mentes perversas. Me convertí en un derrochador de mi propio talento natural. Malgastar la inocencia de mi juventud me producía una curiosa alegría. Cansado de estar en las alturas, caí deliberadamente a las profundidades en busca de nuevas sensaciones. El deseo, al final, resultó ser una enfermedad o una locura, o ambas. Olvidé que toda pequeña acción de cualquier día moldea o deshace el carácter, y por lo tanto, lo que uno ha hecho en secreto, algún día tendrá que «gritar desde el tejado». Dejé que el placer me dominara. Terminé en la más horrible desgracia. Sólo queda ahora una cosa para mí: la más absoluta modestia». Al final, Oscar Wilde perdió a su familia, su fortuna, su autoestima y sus ganas de vivir. Murió arruinado y destrozado a la edad de 46 años.

Si piensas que esto no puede pasarte a ti, eres ingenuo, necio o arrogante. Por eso, Salomón escribió: «Reconócelo en todos tus caminos y Él hará derechas tus veredas» (Proverbios 3:6).