Déjate llevar por el Espíritu Santo

Observo los árboles como se balancean con el viento, parece como si los acariciara y ellos simplemente se estremecieran, se alejan y vuelven pero dejan que el viento simplemente los mueva.

Me genera tanta tranquilidad moverme al ritmo del vaivén de los árboles, aun cuando se encuentran indefensos, pareciera que disfrutan permitir que el viento haga volar sus hojas, como la madre que mece suavemente a sus hijos, así el viento toma en sus brazos a los árboles y los arrulla, los acaricia, los hace sentir seguros.

Cuando nos disponemos a soltarnos con el Espíritu Santo, a que sea él quien nos mueva, somos como los árboles indefensos pero al mismo tiempo seguros, porque él nos lleva, él nos cuida, él nos dirige, él nos consuela, él nos hace estar tranquilos.

Si los árboles pusieran resistencia al viento se romperían, si no permitieran que pasara entre sus ramas y sus hojas, no soportarían la presión y caerían, pero en cambio permiten que el viento entre en ellos y los rodee y los acaricie.

El Espíritu de Dios no quiere que nos resistamos, porque sufriremos, porque nuestra vida se hará miserable al no estar dispuestos a ceder nuestra voluntad, al no permitirle que entre en nosotros y nos transforme, si le dejamos que fluya disfrutaremos de sus tiernas caricias y pronto nos acostumbraremos a él porque es irresistiblemente amoroso.

Cuando simplemente nos dejamos llevar por el Espíritu Santo, él nos dice que hablaremos, él nos guía por las sendas correctas, él es nuestro ayudador y el que nos provee de poder de lo alto para avanzar con paso firme a la perfección, luego entonces nada nos preocupa, porque sabemos que él nos llevará al cumplimiento de los propósitos del Padre y a la rendición total de nuestra voluntad al Señor Jesucristo, de tal suerte que conservemos la gracia de Dios sobre nosotros y la consecuente vida eterna.

Te invito hoy a que te dejes llevar por el Espíritu Santo, a que no te resistas, a que le permitas fluir en ti a todos los rincones de tu ser, a que le permitas llenarte y purificarte con su fuego.

Lucas 12:11-12 “11 Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir; 12 porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.”

Juan 14:26 “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”

Hechos 1:8 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

Romanos 15:13 “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.”

Dios te bendiga.