La Adoración a Dios 3 Verdades Que Debes Recordar

«DIOS ES ESPÍRITU, Y LOS QUE LO ADORAN, EN ESPÍRITU Y EN VERDAD ES NECESARIO QUE LO ADOREN» (Juan 4:24)

Hay 3 Verdades sobre la adoración que debes recordar:

(1) No hay ningún estilo exclusivo de adoración.

El modo de adorar en el que te sientas más cómodo dice más sobre tu trasfondo cultural y tus preferencias personales que sobre tu conocimiento teológico. La verdadera adoración utiliza las dos partes del cerebro: la derecha y la izquierda; involucra tanto la emoción y el intelecto como el corazón y la mente. Jesús sólo pidió dos requisitos para la verdadera adoración: que sea «…en espíritu y en verdad…» (Juan 4:24b).

(2) No necesitas un edificio para adorar a Dios.

Ahora bien, no hay nada malo con los edificios, a no ser que los adores a ellos en vez de al Señor… Observa: «El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del Cielo y de la Tierra, no habita en templos hechos por manos humanas» (Hechos 17:24). Ningún edificio o su ausencia jamás debería poder controlarte, limitarte o distraerte de adorar a Dios. Jesús dijo: «…donde están dos o tres congregados en mi Nombre, allí estoy Yo en medio de ellos» (Mateo 18.20).

(3) La adoración es un testimonio poderoso para los demás.

Muchos más reciben a Cristo por sentir la Presencia del Señor que por todos nuestros argumentos teológicos juntos. Pocas personas, si alguna, se convierten a Cristo por razones meramente intelectuales. No, es la sensación de la Presencia de Dios la que ablanda los corazones y expone y derriba las barreras mentales. En la autentica adoración se halla la Presencia, el perdón ofrecido, los propósitos revelados y el poder del Señor manifestado. Cuando los espiritualmente hambrientos vienen a la iglesia y observan cómo nos relacionamos con Dios en sincera alabanza, ¡les infunde un deseo de conocerle también! Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, es el SEÑOR de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria. (Isaías 6:3)

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