Cómo Convivir y ¡disfrutarlo!

«…EN CUANTO A HONRA, PREFIRIÉNDOOS LOS UNOS A LOS OTROS» (Romanos 12:10b)

Tendemos a olvidar a los demás ¡hasta que los necesitemos! Y ¡claro que les necesitamos! Quita un eslabón y la cadena se rompe. Quita un jugador del equipo y es posible que pierda el equipo. Incluso un tornillo diminuto, si se cae del carburador, puede causar que el coche se pare de repente. ¿Y qué quieres demostrar con esto? Nada más que lo siguiente: que nos necesitamos mutuamente. Si eres devoto a ti mismo, egocéntrico y autosuficiente, la lectura de hoy es especialmente para ti.

John Donne escribió: Ningún hombre es una isla, así que dejémonos de actuar como si lo fuéramos.
Para hacer que la vida funcione de la manera que Dios la planeó, debemos aprender a recibir apoyo de otros y al mismo tiempo saber prestarles el nuestro, ser lo bastante generosos para dar y también lo bastante humildes como para recibir, ser lo suficientemente honestos para confesar nuestros defectos y no obstante, estar dispuestos a perdonar a otros. ¿Estás captando la idea?

El amor y la aceptación no son opcionales, ni tampoco la tolerancia, la comprensión o la paciencia; sabes que necesitas todas estas cosas de parte de otros cada vez que tu naturaleza humana gobierna la divina. La Palabra de Dios dice: …en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. …sufridos en la tribulación, constantes en la oración. Compartid las necesidades de los santos y practicad la hospitalidad (Romanos 12:10b,12,13).

¿Por qué debería hacerlo?, preguntarás. Pues, porque cada uno de nosotros se lo merece, incluso cuando no actuamos así, no lo sentimos o no lo merecemos. Además, ya que ninguno de nosotros es perfecto, independiente, súper-capaz, omnipotente, dejemos de actuar como si lo fuéramos. ¡La vida es lo bastante complicada como para jugar a ese juego tan ridículo!