Cristiano No Te Engañes

«…llevando cautivo todo pensamiento…» (2 Corintios 10:5b)

Si quieres sobreponerte a un mal hábito, debes saber dónde está el «activador». Sé consciente de lo que está pasando a tu alrededor y lo que hay en tu interior cuando se produce la tentación. Todo proceder empieza con un pensamiento. Antes de que te rindas en la realidad, lo haces en la mente. Por eso Pablo escribió: «…llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo…» (2 Corintios 10:5b). Cuando tienes problemas con el alcohol, no comas en un bar. En el caso de que luches con la pornografía, no te entretengas mirando en los quioscos o en el Internet. Si vivir sin malos hábitos es un compromiso serio, organiza tu vida consecuentemente.

Mientras pienses que puedes abandonar este mal hábito tú solo, nada cambiará. Si hubieras podido hacerlo, ya lo habrías hecho antes, ¿verdad? Además, en tanto que intentes hacerlo tú solo, no experimentarás el poder de Dios. Se requiere humildad para reconocer la derrota y buscar al Señor. No obstante, si no lo haces, no llegarás a ninguna parte. Jesús dijo: «…el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en Mí… porque separados de Mí nada podéis hacer» (Juan 15:4b,5b). Es necesario que llegues al punto en el que tomes una decisión consciente cada día -y a veces cada hora- de entregar tu vida y tu voluntad a Dios y que ores: «Señor, no puedo superar esto, pero no quiero rendirme. Fortaléceme ahora con tu Santo Espíritu». Es una oración que Dios responderá. ¿Por qué? Porque Él siempre apoya nuestras decisiones cuando se alinean con su voluntad.