Hola mis amados:
En este pasaje nos alientan a que recuperemos la afectividad y es algo que a veces se pierde por varias circunstancias, si tu vida esta asi, mi anhelo es que cuando termines de leerlo quedes renovada y que no te olvides que solo en Jesús es posible encontrar la respuesta, no solo para esto sino todo aquello que nos afecta, por tanto gracias a El porque es nuestro Ayudador.
Recuperando La Efectividad
Por Claudio J. Freidzon
Todos los hijos de Dios tenemos proyectos, metas que creemos que Dios ha trazado para nuestra vida. Con las mejores intenciones trabajamos arduamente, procurando ser fieles a esté llamado divino. Pero existe una trampa sutil que no podemos ignorar.
Es una artimaña diabólica que busca entretener a la iglesia en tareas y ritos fundamentados en nuestras propias fuerzas y talentos. Una iglesia activa, pero desprovista de la unción del Espíritu Santo. En esté frente de batalla es posible que el enemigo no nos aparte absolutamente de la obra de Dios, pero se sentirá conforme si logra mantenernos en la mediocridad. Procurará por todos los medios hacer de nosotros una Iglesia sin poder y carente de toda efectividad para Dios.
En estos tiempos finales el Señor está restaurando a Su pueblo. Nos está llamando a una nueva relación con Él, a una fresca comunión con el Espíritu Santo. De está comunión surge el poder que hace plena nuestra vida y nos llena de gozo y fruto abundante.
En 2 Reyes 6:1-7 encontramos una historia que ilustra perfectamente el camino para recuperar la efectividad. La historia bíblica nos relata como uno de los hijos de los profetas que seguía a Eliseo cortaba madera junto a las aguas del río Jordán. Estaba intentando derribar un árbol cuando el hacha que estaba utilizando resbaló de sus manos y se perdió en el río.
Seguramente este joven estaba lleno de buenas intenciones puesto que trabajaba para construir un lugar donde vivir y crecer en el ministerio profético, pero tristemente perdió su herramienta de trabajo, aquello que lo hacía eficaz en la labor. ¿Alguna vez intentó derribar un árbol con sus manosí Imagino que no lo intentaría. Sin embargo, debemos reconocer que en ocasiones pretendemos hacer la obra de Dios sin la unción del Espíritu Santo. El pueblo y sus ministros se agotan y se frustran por pretender derribar árboles con sus manos. Se lastiman y no pueden alcanzar las metas que Dios les ha mostrado.
Quiero compartirle tres principios para recuperar la unción del Señor en su vida. En primer lugar, debe llamarnos la atención la exclamación del joven profeta al perder el hacha: ¡Ah, Señor mío, era prestada! (v.5). En nuestro ministerio debemos reconocer que toda gracia viene de Dios y no nos pertenece. Podemos servir a Dios «por inercia», en una actitud profesional, confiando que Él siempre nos respaldará. Pero la eficacia en nuestra vida cristiana es fruto de una relación diaria con el Señor, proviene de una dependencia continua donde exclamamos: Señor, necesito de ti. Si tú no lo haces yo no puedo. La unción reposa sobre aquellos que aman a Dios y cuidan sus vestiduras en santidad. Esta unción de ninguna manera nos pertenece.
En segundo lugar, el profeta Eliseo le preguntó a aquel joven: ¿Dónde cayó? (v.6). Es importante saber donde tropezamos, en qué lugar perdimos la eficacia. En estos tiempos el Señor se está revelando como nunca a Su Iglesia. Estos maravillosos encuentros con la gloria de Dios deben producir necesariamente un quebrantamiento espiritual, que no sólo abra nuestros ojos para reconocer quién es Dios, sino también, como le sucedió a Isaías, que podamos ver nuestra real condición delante de Él. Toda experiencia profunda con Dios nos cambia, nos lleva al arrepentimiento. No importan los años de creyente, ni los cargos que ocupemos, Isaías ya un profeta cuando se descubrió a sí mismo con labios inmundos. Para recuperar la eficacia de Dios debemos permitir que Él nos muestre dónde caímos (ver Apocalipsis 2:5) y arrepentirnos de corazón.
Finalmente, el profeta Eliseo cortó un palo y lo echó sobre las aguas, en el lugar donde había caído el hacha, y el hierro flotó. La cruz es el remedio divino para recuperar la eficacia en nuestra vida cristiana. En ella encontramos perdón y una nueva oportunidad. En la cruz dejamos a un lado nuestros talentos y capacidades, morimos a nuestra propia forma de hacer las cosas, para recibir del espíritu la sabiduría y el poder para ser eficaces en Cristo. Así como Dios levantó el hacha que se había hundido, así también levantar nuestra vida en el poder del Espíritu Santo.
MINUTO DE SABIDURIA.
En los momentos de incertidumbre busca a alguien que te escuche.
En los momentos de angustia, debilidad y desaliento,
no hay nada mejor que encontrarse con una persona que te escuche con el corazón.
Una persona que comprenda, que respete tus sentimientos, que no te clasifique con frialdad,
sino que te consuele y te aligere tu peso.
Vive el día de hoy con optimismo y entusiasmo! Se consciente de que eres un ser extraordinario.
Sé un optimista tenaz, para que veas el día de hoy como una oportunidad más de disfrutar la vida con espíritu alegre y con la esperanza activa de decidir ser, en el futuro inmediato, la persona exitosa y feliz que mereces ser.
Ser optimista es ser realista soñando lo mejor, mientras haces todo lo posible por hacer realidad lo que sueñas.
En verdad que hace falta tener a una persona que nos entienda, que pueda ser nuestro confidente, porque asi teniendo confianza con ella nos podra entender y aconsejar, al declararle a esa persona lo que nos aflige, nos sentimos mejor y podemos entonces continuar con el optimismo que debemos tener para vivir cada dia sin afanes y confiando en Dios que guia nuestros pasos.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA.
