¿Cómo Construir Un Carácter Cristiano Sólido?

«MEJOR ES EL… QUE DOMINA SU ESPÍRITU QUE EL CONQUISTADOR DE UNA CIUDAD» (Proverbios 16:32)

Lo primero y más importante para construir un carácter sólido es la disciplina; es la capacidad de llevar a cabo lo correcto cuando no tengas ninguna gana de hacerlo. Platón afirmó: «La primera y mayor victoria es la conquista de uno mismo». Sí, tus victorias más grandes son las que no se puede ver. A los doce años de edad, Bobby Jones ganaba muchos torneos de golf. Pero él tenía un carácter muy fuerte. Su apodo era «el tirador de los palos de golf»… Un anciano al que llamaban «el abuelo Bart» se dio cuenta del talento de Bobby y también de sus problemas de carácter, y le dijo:«Bobby, eres lo bastante bueno para ganar, pero nunca llegarás a lo más alto si no controlas el carácter tan fuerte que tienes». Bobby llegó a dominarlo y ganó su primer «Open de los Estados Unidos» cuando tenía veintiún años. El abuelo Bart solía decir: «Bobby tenía catorce años cuando dominó el golf, pero hasta que no tuvo los veintiuno, no consiguió dominarse a sí mismo». El teólogo inglés Henry Parry Liddon hizo la siguiente observación: «Probablemente, lo que hacemos en las grandes ocasiones depende de lo que ya somos, y lo que somos es el resultado de muchos años de disciplina«.

Si quieres tomar en serio eso de construir un carácter sólido, márcate cada vez unas pautas más altas, y no las bajes nunca. Si necesitas un modelo de conducta ejemplar, no vas a encontrar uno mejor que el de Jesús. Él dijo: «Si alguien quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo…» (Mateo 16:24). Todos los días, busca una oportunidad para decirte «no» en algún área pequeña de tu vida. Inténtalo; te sorprenderás de lo difícil que te resultará, pero la recompensa vendrá cuando tengas la necesidad de decir «no» a algún área grande en tu vida. Como cuando ahorras para hacer frente a una futura necesidad, así también tendrás mucha fuerza espiritual con la que podrás contar para cuando llegue el momento.

…»LA SABIDURÍA OCULTA QUE DIOS PREDESTINÓ ANTES DE LOS SIGLOS PARA NUESTRA GLORIA» (1 Corintios 2:7b)

Para poder construir un carácter sólido, necesitas tener tus propósitos muy claros. Pablo escribió: «Doy gracias… a Cristo Jesús, nuestro Señor, porque… me puso en el ministerio» (1 Timoteo 1:12). ¿Cuál crees que es el propósito de tu vida? Solamente hay dos alternativas:

(a) La especulación.

El Dr. Hugh Moorhead, un profesor de filosofía dela North Western Illinois University, escribió a doscientos cincuenta de los filósofos, científicos, escritores e intelectuales más conocidos, preguntándoles: ¿Cuál es el sentido de la vida?, y después publicó las respuestas en un libro. Algunos le dieron sus mejores ideas acerca del tema, otros admitieron que sólo recientemente habían creado un propósito para sus propias vidas, y otros fueron lo suficientemente honestos como para expresar su ignorancia total al respecto. De hecho, un gran número de intelectuales famosos pidieron al Profesor Moorhead que les escribiera en caso de que él descubriera el sentido de la vida. Afortunadamente , hay una alternativa a la especulación sobre el significado y el propósito de la vida:

(b) La revelación.

Podemos hacer caso a lo que el Señor nos ha revelado en su Palabra acerca de la vida. Se trata del «Manual del Fabricante», en el cuál se explica por qué vivimos, cómo funciona la vida, qué es lo que debemos evitar y lo que podemos esperar en el futuro, y nos explica lo que ningún libro de autoayuda o de filosofía podría hacer. La Biblia habla de la «…sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta que Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria» (1 Corintios 2:7). El Señor no es sólo el punto de partida de nuestra vida, es la fuente de ella. Para descubrir el propósito que Él tiene para tu vida, es preciso que recurras a su Palabra, y no a la sabiduría terrenal; hace falta que construyas tu vida sobre verdades eternas y no sobre la psicología popular, el éxito, la motivación o historias inspirantes.

«LA INTEGRIDAD GUÍA A LOS RECTOS…» (Proverbios 11:3)

Con el fin de construir un carácter sólido, se requiere que tengamos integridad. La palabra integridad simplemente significa «integrarse, hacerse uno con», y precisa que seas consistente en tus valores, pensamientos y actos. Margaret Mead declaró: «Lo que la gente dice, hace y lo que dice que hace son cosas completamente distintas». Por extraño que parezca, hay algunos que provocan esta inconsistencia deliberadamente. Recientemente, un conocido diseñador de moda dijo:«Lo más importante de la identidad de una persona consiste en los atavíos que lleva puesta y no en la persona misma. Uno no necesita ser culto con tal de estar rodeado de libros. En resumen, puedes parecer ser lo que tú quieres ser». El problema es que, aunque consigas dar una cierta impresión con tu imagen, tu verdadero yo se manifestará de una manera o de otra continuamente. Las impresiones son como sombras: desaparecen cuando son expuestas a una «luz» fuerte. La integridad es una cosa auténtica; cuanto más «luz» pones sobre ella, más de sus detalles puedes observar. Tu rectitud demuestra que eres verdaderamente quien aparentas ser.

Las personas honradas siempre destacan. El autor Pat Williams relató acerca de cuando Gandhi fue a Inglaterra para hablar en el Parlamento. El Gobierno británico se había opuesto a la independencia de la India , y como resultado, Gandhi había sido amenazado, arrestado y encarcelado frecuentemente. Durante dos horas, Gandhi habló con mucha pasión y elocuencia; por consiguiente, la gente que abarrotaba la sala -puesta en pie- le dio una gran ovación. Tras el discurso, un periodista pregunto al asistente de Gandhi cómo era posible que el jefe de Estado hubiera pronunciado aquel discurso sin una sola anotación. «Usted no entiende a Gandhi», respondió. «Lo que él piensa, es lo que siente. Lo que siente, es lo que dice, y lo que dice, es lo que hace. Lo que Gandhi siente, piensa, dice y hace es todo una misma cosa, y por lo tanto, no necesita apuntes». ¡Eso es lo que se llama tener integridad!