«Hazme saber Señor, el límite de mis días, y el tiempo que me queda por vivir, hazme saber lo efímero que soy» Salmo 39:4

Introducción

Hoy nos hemos dispuesto a parar unos minutos de nuestra agitada vida para estar juntas con las amigas de la Iglesia, para escuchar las últimas novedades que nos traerán el ministerio de damas. Para disfrutar de un rico desayuno, para regalarnos a las damas del comité unos minutos de su apretada agenda, para cumplir con Dios. Desde este púlpito les doy gracias por regalarme su presencia. 1. En esta semana estuve muy atareada, las chicas empezaron sus clases y mis dos hijas mayores empezaron a trabajar. 2. He terminado llorando el viernes porque no le he dedicado mi tiempo acostumbrado a mi Señor, he caído en la misma vorágine de la falta de tiempo. 3. Cuando no meditas en la Palabra, meditas en tus propios pensamientos, la mente ociosa es ociosa no porque no trabaje, más bien todo lo contrario la mente ociosa nunca para de especular, se llama ociosa porque los pensamientos que deduce son pecaminosos y necios. 4. Estaba un poco molesta les confieso porque aunque no tomé tiempo para hacer mi devocional personal, si dediqué un buen tiempo a estudiar en lo que debía compartir el martes, miércoles y jueves a ustedes mis amadas estudiantes de la Biblia. 5. Un poco de decepción tuve porque los invitados a las bodas no vinieron y entonces en ese contexto me pregunté:

¿Esto en lo que yo creo realmente funciona? ¿La fe que predico les funciona a mis hermanasí ¿El mensaje que preparo realmente las edifica? ¿Somos mujeres espirituales, creyentes victoriosas y cristianas madurasí ¿Alcanzan ellas el éxito en todo lo que emprenden? ¿Estamos dando fruto que demuestre que todo esto de la fe y la sabiduría si funcionan? ¿Nuestro testimonio hace que las puertas del infierno tiemblen? ¿No será que todo este esfuerzo no hace que nada realmente funcione? Marco y remarco las citas de toda mi Biblia con surtidos colores, todo este ejercicio espiritual ¿Esta dando resultado? Hago todo lo posible por convencerlas de que si viven con sabiduría vivirán seguras, pero esto funciona con alguna de ustedes a las mil maravillasí ¿Por qué seguimos corriendo la loca carrera de intentar alcanzar nuestros sueños olvidando que el verdadero tesoro ya no esta escondido, no hemos reparado que este está al alcance de nuestras manos, de nuestros ojos, de nuestro corazón.

Hoy quiero compartir con ustedes acerca del uso de nuestro tiempo, ya que me has dado un poquito de tu espacio, entonces debo aprovechar cada segundo porque el mensaje que te voy a dar es vital para que dejes de correr y entiendas lo importante que es que le proporciones el valor que debes a este precioso regalo de la hora de la mujer.

A. El libro que quiero compartir contigo hoy es escrito por un sabio que tuvo todo y más de lo que te imaginas, él también se levantaba de madrugada, se acostaba tarde y nunca le alcanzaba las horas para acumular y acumular riquezas, pero al terminar su ciclo en este mundo concluyó que era todo absurdo, que su afán era absurdo, que sus sueños eran vanidad. Salomón hizo un inventario de todo lo que hizo por alcanzar su sueño mas profundo, él fue un hombre muy sabio, pero reflexionó también entre la diferencia de la sabiduría humana y la sabiduría según Dios.

B. Salomón contempló las actividades humanas, vio al hombre en una loca búsqueda de una cosa tras otra, laborando y afanándose como si fuera el dueño del mundo y dueño de su destino. El sabio vio a muchos que hacían lo mismo que hoy hacemos nosotras, gente corriendo buscando esperanzas y expectativas que en realidad son absurdas, semejante al hecho de correr tras el viento.

C. Pero la fe enseña que Dios ha ordenado todas las cosas según su propio objetivo «Dios hace que la historia se repita» el papel de nosotras debe ser aceptar su voluntad, y no caer en la inquietud ambiciosa de soñar irrealidades que al no ser realistas provocan frustración e ingratitud, debemos vivir prudentemente viviendo con temor a Dios porque la vida que no se centra en Dios no tiene objetivos ni sentido, sin él, nada más puede satisfacer.

D. Cuando le damos el primer tiempo de nuestra vida al Señor viviremos plenamente y nuestra disposición será una actitud de agradecimiento y paz. Mi vida no tiene sentido si sigo afandome por todo perdiendo mi valioso tiempo, que a decir verdad no me pertenece, es el tiempo que Dios me ha dado para que yo le glorifique.

Eclesiastés 1:2-3

«Lo más absurdo de lo absurdo,-dice el maestro- lo más absurdo de lo absurdo, ¡Todo es absurdo! ¿Qué provecho saca el hombre de tanto afanarse en esta vida?

La vida es sólo vanidad si no esta adecuadamente relacionada con Dios, tu tiempo afanado es inútil si no es guiado por el Señor. Y pensar que todo lo que trabajas no será recompensado porque la motivación fue tu tranquilidad, tu bienestar, tu comodidad, tu posición, tu vanidad, tu salud, tus lujos, tu diversión, tu descanso, tu paz. Nada vale la pena, todo se pierde en un abrir de ojos, luchaste tanto y ya no esta. Sólo la vida es valiosa, el tiempo es bien invertido si esta basado en el verdadero temor a Dios. Cualquier cosa que emprendas, por más brillo o inteligencia que tengas, terminará mal sin el Señor.

Marcos 8:36-38 ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida? Si alguien se avergüenza de mi y de mis palabras en medio de esta generación adultera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles»

Veamos un ejemplo de alguien que se afanó mucho, quizá encuentres algún parecido contigo. Eclesiastés 2:1 Probó placeres y se dio la gran vida 2:2 Se entregó al vino 2:4 Realizó grandes obras, construyó casas, plantó viñedos, cultivo huertos y jardines. 2:8 Formó su propio harén. 2:9 Se engrandeció en gran manera y no se negó nada a sus ojos.

Todo esto no pudo llenar su vida, todo este afán lo consumió y tuvo que decir:

«Hay más provecho en la sabiduría que en la insensatez, así como hay más provecho en la luz que en las tinieblas. El sabio tiene los ojos bien puestos, pero el necio anda a oscuras» 2:13-14.

Entonces si queremos ser sabias, debemos aprovechar bien nuestro tiempo, hay tiempo para todo debajo del sol. «Todo tiene su momento oportuno, hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo, tiempo para nacer, morir, plantar, cosechar, matar, sanar, destruir, construir, llorar, reír, estar de luto, saltar de gozo, esparcir piedras, recogerlas, abrazarse, despedirse, intentar, desistir, guardar, desechar, rasgar, coser, callar, hablar, amar, odiar, un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz.

El sentido del tiempo no puede ser manejado por nuestras inquietudes, deseos o preferencias, debemos recordar que Dios puso en nuestra mente humana el sentido del tiempo para que le demos a él el mejor tiempo.

«Dios hizo todo hermoso en su momento y, puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin» Ec. 3:12

Aceptar que el tiempo que tengo en esta vida es un regalo de Dios, me hace ver la responsabilidad que tengo de cuidar este maravilloso don de Dios. Acordarme cada día que tengo vida por él, me hará darle el primer lugar de mi tiempo, mis emociones, mi futuro.

«Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días malos y vengan los años en que digas no encuentro en ellos placer alguno; antes que dejen de brillar el sol y la luz, la luna y las estrellas» 12:1

Dale a Dios el tiempo más precioso de tu vida.

Martha Bardales