Lucas 2:28. Él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios

José y María presentaron a Jesús como niño en el templo según la ley de Moisés. Cuando llegaron, fueron recibidos por Simeón, que esperaba el nacimiento del Mesías. Cuando vio a Jesús, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios. Sus palabras siguen siendo relevantes para nosotros hoy en día mientras celebramos el nacimiento de Jesús:

Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra.

Como creyentes en el Señor Jesucristo, tenemos una paz eterna y duradera sin importar lo que sucede a nuestro alrededor. La vida puede ser difícil, pero debido a Jesús, aún podemos tener la paz que sobrepasa todo entendimiento y guarda nuestros corazones y mentes.

Porque han visto mis ojos tu salvación.

El Señor se revela a los que lo anhelan. Él nos da visiones de propósito y vocación que nos impulsa a la acción. No somos salvos simplemente para existir, sino para prosperar bajo la influencia del Espíritu Santo en medio de un mundo torcido y perverso.

La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel.

Jesús no sólo murió por el pueblo judío, sino que murió para que todos en el mundo pudieran conocer a Dios personalmente. La luz de Jesús no puede ser escondida a pesar de que los reyes y gobernantes de las generaciones pasadas han buscado apagar a sus seguidores. Jesús es la luz del mundo y nosotros somos sus representantes en lo que decimos y hacemos.

¿Qué vamos a hacer con este Niño? Tenemos una opción: seguirlo o rechazarlo como Rey de reyes y Señor de señores. Escoge a Cristo para Navidad: Su don de la vida eterna es demasiado valioso para dejarlo pasar.

Oración

Mi amado Señor, necesito conocerte más. Abre mis ojos y mi corazón para recibir una nueva llenura de tu Espíritu Santo. En el nombre de Jesús, amén.